En este sentido, la organización agraria pide a todas las administraciones "la máxima responsabilidad" ante la falta de información suficiente que permita desmontar la idea de que se trata de una técnica agresiva de realización de explosiones en el subsuelo para la ruptura de rocas e inyección de un fluido a elevada presión que contiene agua, arena y un 2% de productos químicos como benceno, xileno, naftaleno y otros. Este fluido tiene una fase de retorno que emerge a la superficie junto al gas y que puede oscilar entre el 15 y el 80 % del líquido inyectado; la parte no recuperada del fluido permanece en el subsuelo desde donde podría migrar hacia la superficie o hacia los acuíferos.

    Por ello, desde la Alianza UPA-COAG denuncian que este modo de extracción de gas "puede poner en peligro la calidad de los recursos naturales de nuestra región".

       Finalmente, quieren recalcar que "ante la lamentable actitud del Gobierno central de apoyar esta técnica desde nuestra organización  nos posicionamos radicalmente en contra de la misma, como la totalidad de colectivos sociales que pueden verse afectados, por la irresponsabilidad que supone llevar a cabo políticas que desde luego pueden producir un daño irreversible para las personas que vivimos en el medio rural, y en zonas productoras de alimentos".

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