Las organizaciones profesionales agrarias de ámbito nacional y general ASAJA y UPA, Cooperativas Agro-alimentarias de España, la Federación Española de Productores Exportadores de Frutas, Hortalizas, Flores y Plantas Vivas (FEPEX) y la Asociación Española de Agricultura de Conservación/Suelos Vivos (AEAC.SV), representantes de miles de agricultores, ganaderos, cooperativistas, empresarios y exportadores del sector agrícola español, se han constituido en la alianza ALAS – Alianza por una Agricultura Sostenible, para manifestar su apoyo al modelo de agricultura productiva sosteniblemente intensificada y a la renovación de la autorización del glifosato por el periodo máximo autorizado en la reglamentación comunitaria, justificado por criterios científicos respecto a su seguridad y uso, medioambientales y criterios económicos y productivos.

El objetivo de dicha alianza es reclamar un análisis puramente científico y técnico en lo que se refiere al uso de cualquier producto utilizado en la agricultura para su aprobación o renovación, «huyendo de dogmatismos y simplificaciones. Debe ser únicamente el criterio científico el que guíe las decisiones de la Comisión a la hora de aprobar o denegar una autorización o renovación de una sustancia activa, también del glifosato».

Logos firmantesLas entidades del sector productivo agrícola integrantes de ALAS han firmado un manifiesto en defensa del glifosato como herramienta para la sostenibilidad del sector agrícola. Por este motivo, la alianza ha solicitado sendas reuniones con Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente y con la Comisión de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente del Congreso de los Diputados para solicitar su apoyo ante la próxima decisión de la Comisión Europea sobre la renovación de autorización de glifosato en el ámbito territorial comunitario.

“No disponer de glifosato crearía graves perturbaciones en varios sectores agrícolas de la UE y pondría en peligro su competitividad”

Los integrantes de la alianza coinciden en señalar que “no disponer de glifosato crearía graves perturbaciones en varios sectores agrícolas de la UE”, lo que “pondría en peligro la competitividad de los agricultores españoles y europeos”.

Actualmente, está en curso el proceso de renovación del glifosato en la Unión Europa. Antes de que finalice el año 2017, la Comisión Europea deberá pronunciarse sobre la renovación de la autorización de comercialización de esta sustancia activa, empleada desde hace más de 40 años en agricultura y libre de cualquier patente.

La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA por sus siglas en inglés), agencia europea encargada de emitir dictámenes científicos sobre la seguridad de los alimentos y sus procesos productivos, concluyó en un informe publicado en noviembre de 2015 que “es improbable que el glifosato suponga un riesgo cancerígeno para los seres humanos y la evidencia no apoya la clasificación con respecto a su potencial cancerígeno”, a lo que agregó que “el glifosato no muestra propiedades mutagénicas, y no tiene ningún efecto tóxico en la fertilidad, la reproducción o el desarrollo embrionario”.

En esta misma línea se han pronunciado también agencias reguladoras de Estados Miembros de la Unión, como el Instituto Federal Alemán para la Evaluación del Riesgo (BfR), así como la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) y otros organismos reguladores entre los que destacan los de Canadá, Japón y Australia.

ALAS – Alianza por una Agricultura Sostenible, entiende que únicamente el criterio científico que rige las evaluaciones de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria debería guiar las decisiones de la Comisión a la hora de aprobar o denegar una autorización o renovación de una sustancia activa, en este caso Glifosato.

El secretario de Agricultura de UPA y representante de esta organización en ALAS, Ignacio Senovilla, ha señalado que “la actividad agraria se encuentra altamente supervisada y sus técnicas de producción, perfectamente reguladas y sometidas a los más rigurosos controles.” Los agricultores y ganaderos, como es señalado desde ALAS, son los mayores interesados en poder garantizar unas condiciones de producción seguras, respetuosas con el medioambiente, el bienestar animal y el entorno animal con el fin de poder ofrecer a los consumidores productos de primera calidad y máximas garantías sanitarias, y contribuir a la conservación del suelo, la calidad del agua y la biodiversidad.

×