El técnico de Investigación y Desarrollo del IVIA, Joaquín Parra, ha señalado que “la oportunidad más clara para la alcachofa de la Vega Baja es la marca de calidad que se ha creado”.

    Este distintivo, apunta Parra, “va a servir para identificar la gran calidad de un cultivo que se lleva haciendo desde hace años y años y que está muy introducido dentro de los agricultores de la zona y que ahora, por fin, se le va a poner nombre y apellidos. Así, se va a poder decir, esto se hace aquí, sabemos hacer una gran calidad de producto y le vamos a dar la importancia que se merece”.

La oportunidad de abrir nuevos mercados y variedades

    Otro de los factores de oportunidad para esta hortaliza es la alcachofa de semilla que, según el técnico de Investigación y Desarrollo del IVIA, “va a permitir ofrecer un poco más de diversidad y abrir nuevos mercados”.

    “La blanca de Tudela es una gran alcachofa que, por supuesto, va a seguir ahí pero a través de la alcachofa de semilla se pueden ofrecer otros colores, texturas, tamaños… otras posibilidades que permitirán ampliar el abanico comercial de esta hortaliza”.
 
    En este sentido, el presidente de la Asociación Alcachofa Vega Baja del Segura, Diego Martínez, ha señalado que “la convivencia de las plantas tradicionales con las variedades híbridas más innovadoras es perfectamente compatible”.

    “La alcachofa blanca de Tudela, es la variedad estrella de la comarca, es una hortaliza de gran calidad y muy apreciada a nivel comercial. Por ese motivo, vamos a seguir trabajando con este cultivo y vamos a hacer un gran esfuerzo para promocionar su calidad, sus valores nutricionales y las grandes posibilidades gastronómicas que nos ofrece este oro verde”.

    Pero además, continúa Martínez, “también es importante que conozcamos las nuevas variedades de alcachofa de semilla y las innovaciones que se están llevando a cabo con el objetivo de ampliar la competitividad del sector y abrir nuevos mercados en el exterior donde estas variedades son muy apreciadas”.

    “No se trata de desplazar o cambiar una variedad por otra, se trata de seguir apostando por promocionar la calidad de las variedades más tradicionales sin descartar nuevas tendencias en la oferta que pueden ser atractivas para nuevos consumidores o para el comercio exterior”.

La innovación aplicada a la huerta

    Pedro García, Product Specialist de alcachofa de Nunhems, una empresa que forma parte de la asociación Alcachofa Vega Baja del Segura, ha dicho que la “utilización de híbridos permitiría mejorar la rentabilidad del cultivo y apostar por la innovación de cara a tener nuevas oportunidades de negocio”.

   En este sentido, variedades como la alcachofa tipo Camus/Calicó, variedad Sambo F1, son muy bien aceptadas en Francia así como la tipo Violetto, variedad Opera F1, que también tiene presencia en Italia y Francia, la tipo Green Globe  (Madrigal F1) en Estados Unidos y la tipo Romanesco (Nun 4051 F1) en Italia.
Por su parte, Maite Peiró, Breeder de alcachofa de la empresa Nunhems, ha señalado que “las variedades híbridas permiten unos mayores índices de producción, una plantación más uniforme, mejoras en cuanto a la planificación del cultivo y su comportamiento frente a suelos cansados; así como una mayor sanidad vegetal”.

    Peiró ha señalado que “las nuevas variedades son fruto de entre 11 y 13 años de estudios, análisis, investigación y comprobación en campo hasta que son lanzadas al mercado a nivel comercial” y ha añadido que estas variedades “son aptas y de muy buena calidad tanto para la industria como para el mercado en fresco”.

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