La Asociación para el Desarrollo Sostenible Valle de Alcudia apoya especialmente toda iniciativa que posibilite la formación y cualificación profesional de los habitantes de esta amplia comarca que abarca doce municipios, al objeto de contrarrestar la principal rémora del territorio, la tendencia al despoblamiento motivada, sobre todo, por falta de nuevas oportunidades laborales.
Así se convino tiempo atrás en diferentes reuniones sectoriales de la ADS, como se refleja en la Estrategia de Desarrollo Local Participativa que esta entidad público-privada tiene por hoja de ruta y en la que los cursos, talleres y demás acciones formativas se valoran como herramientas necesarias para la creación de empleo y el desarrollo local.
“Entendemos que en la diversificación económica, más allá del sector primario que sigue siendo piedra angular en nuestro territorio, está la clave para que el Valle de Alcudia y Sierra Madrona puedan tener oportunidades de futuro y en este desarrollo de sectores y nichos alternativos emergentes es donde la formación de nuestra gente es clave”, reconoce Pablo Toledano.
El presidente de este Grupo de Desarrollo Rural (GDR) Valle de Alcudia explica que desde nuestra entidad contemplamos la puesta en marcha de “proyectos de capacitación para el empleo dirigidos a la población activa del territorio, a fin de aumentar la empleabilidad, tanto por cuenta propia como ajena, en las actividades existentes y futuras, así como otros proyectos de capacitación de índole social, medioambiental u otros, pero la iniciativa formativa privada es imprescindible y por eso la tenemos muy en cuenta”.
De ahí que desde este GDR que gestiona la concesión de fondos europeos LEADER, se estén apoyando actuaciones promovidas por ayuntamientos partícipes, pero también iniciativas particulares y, entre éstas últimas, SERINFOR y su mentor, Eusebio Portillo, ofrecen desde Almodóvar del Campo todo un centro integral para facilitar las mejores oportunidades de aprendizaje en no pocas materias.
Numerosas oportunidades para formarse
Una oferta formativa tan amplia que, añade, “contamos con una treintena de certificados de profesionalidad, en familias tan diversas como la sanidad y el transporte sanitario, la geriatría, administración, gestión, turismo, agricultura, instalaciones deportivas,…”. Posibilidades diversas que son fruto “de un análisis de las necesidades reales y formativas que hay en esta comarca”.
Así, SERINFOR va adaptándose y satisfaciendo lo que las empresas existentes requieren o lo que puede suponer una oportunidad de emprendimiento para el que siempre es necesaria también una cualificación especializada. Por ejemplo, “el año pasado hicimos homologación para extracción de aceite de oliva y la más reciente aborda el bienestar animal en explotaciones agrarias”, explica.
El centro cuenta para ello en sus diferentes alturas con diferentes aulas homologadas para impartición de certificados de profesionalidad y un amplio taller, también acorde a normativa, destinado a atención sociosanitaria en instituciones y de sanidad, dotado de estancias como cocina, cuarto de baño o salón, tan habituales en la atención a personas dependientes cuya formación aquí se ofrece de la manera más ajustada a la realidad.
Y respecto al resto de versátiles aulas de unos 45 metros cuadrados de superficie media que, en algunos casos incluso se puede duplicar al mover los paneles que delimitan espacios, cuentan con un equipamiento informático de última generación, tanto los puestos para los alumnos como el que disponen los monitores, además de pizarras interactiva multimedia y capacidad para ofrecer también videoconferencias. Todo gracias a un potente centro de servidores capaz de gestionar las comunicaciones internas que posibilitan datos, videos, audios, documentos, voz, vigilancia, internet,…
Un proyecto que “intenta fijar población y dar esa solución al medio rural para que las personas de aquí puedan aprovechar nuevos yacimientos de empleo»
La dotación se completa con los más adecuados sistemas de climatización y ventilación natural, ventanales inteligentes para ofrecer las mejores condiciones de luz natural, una acústica cuidada al máximo y mobiliario confortable y acorde a normativa para que, con todo ello, el alumnado pueda sentirse lo más cómodo posible durante las horas que se prolongan las sesiones, en algunos casos hasta seis. De hecho, en SERINFOR hay cursos desde primera hora de la mañana hasta la noche, en función de las necesidades de los participantes, que pueden estar, o no, desempleados dependiendo del curso.
Para la puesta en marcha de todo ello, en un recinto que cuenta con cuatro alturas, Eusebio Portillo valoró recurrir a ayudas a la inversión que, en el caso de la segunda fase de este centro, fueron facilitadas por la ADS ‘Valle de Alcudia’ al valorar la viabilidad, ya demostrada en la primera fase, de esta necesaria ampliación.
“Yo tenía muy claro lo que quería hacer y todo pasaba por la compra de un solar para diseñar desde el principio como iban a ser los espacios y las plantas a tener. La primera fase fueron la baja y la primera, en este caso con ayudas regionales que ya valoraron la innovación que suponía el proyecto”, apunta Portillo. “Sin la existencia de estas ayudas a la inversión no hubiera tenido la oportunidad ni proyección que he tenido desde el principio”. Todo se empezó a concebir en 2003.
Ayudas que han repercutido también en la ampliación de la plantilla de profesionales que van formando parte de SERINFOR y que también ofrece cursos de inglés en diferentes niveles bajo el marchamo Cambridge o servicios informáticos varios. “El equipo humano es imprescindible”, señala y apunta que la plantilla está integrada por una decena de puestos de trabajo directos e indirectos.
Portillo, que a su vez es presidente de la Federación de Empresarios del Valle de Alcudia y Sierra Madrona (FEVAM), decidió apostar por el territorio en que nació y cree firmemente en sus posibilidades. Por eso este recurso que, como también el conviene, “intenta fijar población y dar esa solución al medio rural para que las personas de aquí puedan aprovechar nuevos yacimientos de empleo, capacitándolas para ello y dándoles nuevas habilidades”.
Desde este punto de vista, el responsable de SERINFOR invita a cualquier emprendedor que tenga algún proyecto para desarrollar en este territorio o, como en su caso, a quienes estén planteándose ampliar su empresa, a acudir hasta el CEDER. “Hay que saber cómo enfocar un proyecto y la inversión, dedicar algunos meses a trazar el plan de empresa y de viabilidad, buscando versatilidad de servicios para zonas rurales como la nuestra y luego en el Centro de Desarrollo Rural nos van a aconsejar y apoyar para que todo vaya bien encaminado”, dice.