La campaña de venta al industrial comenzó con “buenas perspectivas”. En diciembre el precio de la arroba (11,5 kilos) era ofertado por 1,20 euros más que en el año anterior. Sin embargo, esta situación pronto entró en barrena al regresar a niveles similares del ejercicio precedente.

     En este sentido, el representante estatal del sector del porcino de Coag, Enrique Acción, explicó que “en Huelva la arroba se ha vendido por un precio medio de 23 euros si se trataba de un cerdo dentro de la Denominación de Origen y de 21,90 si no estaba acogido a la misma. Esto significa que hemos estado otra vez por debajo del umbral de la rentabilidad que se sitúa en 24 euros. Con estos precios la rentabilidad es nula. El ganadero no tiene ni para alimentar a su familia”.

    No obstante, habrá quien haya soportado mejor esta decadencia monetaria, ya que al final de la campaña hubo un ligero remonte del precio de venta al caer la oferta. “Lo que han esperado al último momento, han obtenido mejores precios. Pero esto no ha sido la tendencia generalizada sino algo puntual”, reseñó el propio Enrique Acción.

    La situación de los ganaderos es aún más gravosa porque existen agravantes que provienen de campañas anteriores. “No se trata sólo del precio de venta, sino también de las deudas que los industriales tienen contraídas con los ganaderos desde el año pasado”, aseguró el responsable estatal del sector del porcino de Coag. Es decir, algunos empresarios ganaderos ni siquiera han cobrado la venta de los cochinos efectuada en la campaña anterior. Esto ha supuesto una nueva inversión este año que se ha encallado otra vez en los escasos márgenes de beneficio.

    “La situación en el sector es muy crítica, tanto que la ganadería vacuna y ovina ha vuelto a las explotaciones. Cada vez hay menos cochinos en los campos de la provincia. Incluso se están cerrando explotaciones”, alertó el propio Enrique Acción.

    Ni siquiera una montanera (periodo de alimentación del cerdo ibérico a base de bellotas) “bastante buena” al darse unas condiciones climatológicas aptas para ella, ha conseguido poner freno a esta preocupante situación en uno de los sectores productivos más importantes de la Sierra de Huelva y el Andévalo.

    A ello se une el borrador de la Norma de Calidad que “defiende la cantidad y no la calidad. Es frustrante comprobar que un cochino de granja se vende más caro que los criados en las dehesas y alimentados con bellotas”, denunció el representante estatal del sector del porcino de Coag.

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