Rodríguez defendió "un proyecto de explotación turística" que sea "compatible con los usos agrícolas, ganaderos y forestales" de la zona, en pleno Parque Natural de los Alcornocales, al tiempo que rechazó "cualquier iniciativa de carácter especulativo que impacte negativamente sobre el medio ambiente” y que "no encaje con el modelo de turismo sostenible que la Junta plantea".
El consejero de Turismo y Comercio afirmó que la finca es un recurso de "gran valor y, por supuesto, generador de riqueza", por lo que abogó por que la titularidad y gestión de esta propiedad "se realicen desde lo público", con el fin de "crear una industria agrícola, ganadera y forestal, que permita la generación de empleo y el desarrollo sostenible tanto en lo económico como en lo ambiental" de Castellar y su comarca.
En este sentido, subrayó las potencialidades de la finca al hallarse en un 90% dentro del Parque Natural de los Alcornocales y al estar vinculada a actividades como la extracción y transformación del corcho o la ganadería. A su juicio, "sí tendría cabida su explotación turística", dentro de un modelo sostenible que la convierta en “un recurso enfocado a los segmentos de naturaleza e industrial".
Espacio protegido
El Gobierno andaluz ha iniciado el proceso de revisión de la planificación del Parque Natural de Los Alcornocales (Cádiz-Málaga), con el fin de incrementar la superficie de este espacio protegido en unas 6.000 hectáreas, a través de la integración de terrenos localizados en las fincas La Alcaidesa, Majarambú, La Almoraima, Botafuegos, Pinar del Rey y Dehesa del Guadalquitón, entre otras.
La Almoraima, de titularidad estatal, tiene una superficie total de 14.113 hectáreas y se sitúa en el parque natural, salvo el 10%. La mayor parte de la ampliación prevista corresponde a la inclusión de las 1.400 hectáreas de la finca que todavía quedan fuera del parque, las 1.302 del colindante monte público La Alcaidesa, propiedad de la Junta, y las 500 de la finca privada Dehesa del Guadalquitón