EFE.- Los lazos habían sido fabricados con cable de freno de bicicleta y permanecían ocultos entre matorrales, indica la Junta en una nota.
Los agentes encontraron numerosos restos de cadáveres de zorros atrapados por este sistema de caza totalmente prohibido, así como de alguna cabra montés y de jabalí.
También hallaron restos de conejos y gallinas colgados junto a los lazos, que eran utilizados como cebo para atraer a los raposos hacia las trampas.
Los lazos de alambre acerado estaban instalados sin tope, por lo que la posibilidad de capturar y dar muerte por asfixia a cualquier especie aumenta considerablemente su capacidad de destrucción.
Se desconoce cuánto tiempo llevaban las trampas colocadas y cuántos animales han podido ser víctimas de las mismas.
La Unidad de Policía adscrita a la Comunidad Autónoma activó un dispositivo de vigilancia después de que personal de la Agencia de Medio Ambiente y Aguas que realizaban labores forestales en la Sierra de Gádor, les alertara de la existencia de estos lazos.
Las personas responsables de estas actividades ilegales pueden incurrir en un delito contra la fauna, tipificado en el actual Código Penal, en su Capítulo IV, Título XVI sobre los Delitos relativos a la ordenación del territorio y urbanismo, protección del patrimonio histórico y medio ambiente.
Los propietarios de las fincas en donde se han incautado los lazos han sido denunciados por infracción a la Ley 8/2003, de 28 de octubre, de la flora y la fauna silvestres y la Ley 42/2007, de 13 de diciembre, del patrimonio natural y de la biodiversidad.