Conagua.- Para garantizar la viabilidad hídrica de México se requiere mantener la visión de largo plazo en las estrategias, consolidar la participación social en la gestión del agua, incrementar la tecnificación para hacer más eficiente el uso del agua en los diversos sectores, y modernizar las políticas públicas del sector, aseveró José Luis Luege Tamargo, Director General de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
En conferencia de prensa, explicó que dentro de la planeación sexenal se estableció una estrategia con visión integral y se afrontaron los grandes retos de abastecimiento de agua, conservación de acuíferos y protección a centros de población, lo cual requirió triplicar el presupuesto de la dependencia. Además, se estableció la Agenda del Agua 2030, que es una hoja de ruta para llevar a México, en el largo plazo, a la sustentabilidad hídrica.
Incluso, dijo, se delinearon tácticas específicas para los problemas regionales. En el norte, por ejemplo, se afrontó la peor sequía de la historia de México, con acciones integrales e interinstitucionales que previnieron y redujeron el impacto de ese fenómeno en la población y en los sectores productivos.
En contraste, en el sur se construyeron obras históricas para proteger a la población de las lluvias, escurrimientos e inundaciones. Tal es el caso de Tabasco, donde se invirtieron más de 9 mil 300 millones de pesos en obras que desde 2010 evitan daños en los principales centros urbanos de la entidad.
En el centro, específicamente en el Valle de México, se implementó el Programa de Sustentabilidad Hídrica, una estrategia innovadora con visión metropolitana, para reducir la sobreexplotación del acuífero, garantizar el abastecimiento de agua para la población, evitar inundaciones y recuperar los cuerpos de agua.
Ese programa incluyó la modernización del Sistema Cutzamala, una de las fuentes de abastecimiento, y, además, se proyectaron tres posibles nuevas opciones: Tula, Temascaltepec y Tecolutla, que formarían el Sistema Necaxa-Alto Tecolutla. Además, para incrementar la capacidad de desagüe del Distrito Federal y su zona metropolitana y, con ello, evitar inundaciones catastróficas, se programaron obras, la mayoría de las cuales ya fueron concluidas y otras están en proceso.
En materia de saneamiento, la Conagua impulsó acciones para que, por primera vez, se incremente el tratamiento de las aguas negras en las principales ciudades. Un ejemplo de ello es la planta más grande de América Latina, que se construye en Atotonilco de Tula, Hidalgo.
Señaló que cada una de esas estrategias regionales contribuyó a que, a nivel nacional, se cumplieran las 115 metas del Programa Nacional Hídrico, entre ellas las de los rubros de agua potable y alcantarillado, tratamiento de aguas negras, tecnificación del riego agrícola y protección a centros de población.
En materia de agua potable, se logró una cobertura de 92 por ciento, pese a la dispersión poblacional en las comunidades rurales, el crecimiento poblacional y la baja disponibilidad en algunos acuíferos. En alcantarillado, se alcanzó la meta de que 90.5 por ciento de la población tuviera ese servicio. Al inicio del sexenio sólo 86 por ciento de la gente contaba con el.
En relación con el saneamiento, José Luis Luege subrayó que la cobertura era de 36 por ciento y en breve se llegará a 60 por ciento, mediante la construcción de plantas de tratamiento de aguas negras y la rehabilitación de otras, así como programas de apoyo para que los organismos operadores las manejen adecuadamente.
Hizo énfasis en que, para hacer más eficiente el uso del agua, en el campo se tecnificaron más de 1.2 millones de hectáreas, a fin de producir más con menos agua. Sin embargo, consideró, “a eso deben sumarse los esfuerzos de todos los sectores”.
José Luis Luege explicó que para proteger a 14 millones de personas se construyeron obras, las cuales deben complementarse con acciones municipales y estatales de ordenamiento territorial con pleno respeto de los cauces de los ríos y zonas inundables.
La Conagua ha logrado el reconocimiento en el plano internacional, tanto por sus acciones como por sus políticas, además de que se ha posicionado a la vanguardia en cuanto a la generación de información meteorológica y climática, gracias a que se ejecuta el Proyecto de Modernización del Servicio Meteorológico Nacional.
Consideró que para seguir en ese camino hacia la sustentabilidad hídrica, es necesario dar continuidad a la Agenda del Agua 2030 y mantener la gestión del agua con visión de cuenca. Específicamente para el Valle de México propuso crear un organismo metropolitano que regule el megacrecimiento urbano, impida el agotamiento de los recursos hídricos, reduzca la vulnerabilidad de la población a las inundaciones y afronte otros problemas.
Finalmente, señaló que, a diferencia de la institución que recibió, entregará al próximo Gobierno Federal, una Conagua reforzada. Para continuar su evolución, se requiere mantener varios de los programas actuales, lo cual se ha informado puntualmente al equipo de transición, pues, más allá de partidos políticos, el manejo del agua es para lograr el bienestar social.