Igualmente, la regidora ha puesto el acento en la importancia de esta distinción ya que “supone un reconocimiento a la riqueza y diversidad de la cultura del vino y un impulso al desarrollo de la industria vitivinícola que nos va a permitir posicionarnos como uno de los territorios de producción vitivinícola más destacados de Europa así como abrirnos a nuevos mercados”.
En la presentación de la candidatura de Jerez, apoyada en un vídeo promocional de los vinos y la actividad enoturística del Marco, la alcaldesa, ha agradecido “esta oportunidad única que ofrece RECEVIN a Jerez, así como la colaboración de la Diputación Provincial de Cádiz y a la Junta de Andalucía, así como a los Consejos Reguladores del Vino y Brandy de Jerez y otras instituciones, federaciones y empresas vinculadas al sector, que han mostrado su respaldo a la candidatura”.
García-Pelayo ha hecho hincapié en la historia, la ubicación estratégica de Jerez, sus conexiones, así como el amplio calendario de eventos de la ciudad para 2014, como principales argumentos para su declaración como Ciudad Europea del Vino.
La regidora jerezana ha destacado que “esta distinción se produce en un año especial para Jerez, que conmemora su 750 aniversario, y que, por tanto, se suma a un conjunto de celebraciones en las que destacan igualmente grandes eventos como la celebración de Vinoble”.
Una ciudad marcada por la historia de sus vinos
Precisamente de las bondades climatológicas de Jerez depende la especial tierra albariza donde se asienta la inmensidad de sus viñedos. 7000 hectáreas donde nace el fruto de sus vinos, únicos en el mundo y de fama universal, los más exportados de España, con 60 millones de botellas anuales distribuidas.
Su prestigio se debe a su gran diversidad, que abarca, desde los secos y pálidos, como el Fino y la Manzanilla, los amontillados, olorosos, hasta los más dulces y oscuros, como el Pedro Ximénez y el Moscatel, pasando por toda una amplia gama de olores, sabores y colores.
Unos vinos que se conservan en las también afamadas bodegas de Jerez, las catedrales del vino, las más visitadas de Europa, pioneras muchas de ellas en abrir sus puertas al visitante en el siglo XIX y que en la actualidad representan el mejor reclamo de Jerez, una ciudad que maneja una cifra de 1.200.000 visitas anuales a sus atractivos turísticos, de las que casi 400.000 son a nuestras bodegas.
Las bodegas de Jerez, situadas en pleno casco histórico de la ciudad y en el propio corazón del viñedo, han protagonizado un importante salto abriéndose al turista nuevos centros de visitas, atendiendo así una demanda emergente que llega a Jerez atraído por sus vinos y el universo que los rodea.
Pero la influencia del vino es de tal magnitud, que en torno a él se levanta además una industria con influencia cultural, social y urbanística, que determina la idiosincrasia de Jerez.
De hecho, si hay algo que caracterice a Jerez, además de sus vinos y brandys, es su gastronomía, íntimamente ligada a los vinos, una simbiosis perfecta que se consolida como otro de los grandes atractivos de este destino, donde se concentran tradición y vanguardia culinaria.