EFE.- En total, Japón cazó 103 cetáceos "minke" o rorcuales aliblancos, muy por debajo de los 266 piezas del año pasado, mientras que no logró capturar ningún espécimen de ballena "fin", o de aleta, sobre todo debido a las acciones de la asociación conservacionista estadounidense Sea Shepherd, informó la agencia.
El número de capturas es el menor desde que Japón retomó la caza de ballenas en el Océano Ártico en 1987 en nombre del Instituto de Investigación de Cetáceos, después de abandonarla un año antes por una moratoria internacional.
Los barcos nipones, que regresarán a puerto entre el viernes y el domingo después de 48 días de pesca, fueron interrumpidos durante la actual campaña hasta en cuatro ocasiones por las embarcaciones de Sea Shepherd, confirmó la Agencia nipona de Pesca.
"El Sea Shepherd ha cometido un sabotaje imperdonable", incluidos choques con el ballenero mientras se encontraba repostando, aseguró Yoshimasa Hayashi, ministro de Agricultura, Pesca y Forestal, en declaraciones a la agencia Kyodo.
En este sentido, a finales de febrero, la Agencia de Pesca denunció que tres barcos de Sea Shepherd se acercaron al ballenero "Nisshin maru", que con sus 8.030 toneladas es el buque de bandera de la flota, y que dos de ellos golpearon en diversas ocasiones a este navío y a otro que le suministraba combustible.
Hayashi adelantó que, para la próxima temporada de caza de ballenas, Japón buscará "más ayuda de otros países para poder llevar a cabo la investigación de ballenas de manera apropiada".
En la temporada 2011/2012 Japón no cubrió ni un tercio de su objetivo de pesca (establecido en unas 900 ballenas) por el mal tiempo y también por el "acoso" de los ecologistas, que siguieron a los pesqueros japoneses durante 27.000 kilómetros y bloquearon la caza en varias ocasiones.
El Gobierno nipón asegura que el objetivo es investigar el ADN y contenido de los sistemas digestivos de estos cetáceos, pero los ecologistas denuncian que los fines son en realidad comerciales.