El pasado 1 de febrero entró en vigor el acuerdo comercial entre la Unión Europea y Japón, que elimina progresivamente los gravámenes aduaneros japoneses sobre productos del porcino procedente de la Unión Europea, tanto para la carne de cerdo como para los transformados, lo que supone abrir nuevas oportunidades para el porcino español, que ya es el cuarto proveedor mundial al país nipón.
Hasta ahora, los aranceles a los productos transformados del porcino europeo tenían un gravamen de hasta el 8,5% sobre el valor del producto, mientras que los de la carne eran del 4,3%. En adelante tenderán a la eliminación progresiva, lo que incide en una mayor competitividad que permitirá seguir avanzando a nuestras empresas en Japón, donde la calidad del producto español es cada vez más valorada. El acuerdo protege también a un total de 205 productos alimentarios con indicaciones geográficas, lo que tendrá un efecto muy positivo en numerosas pymes agroalimentarias.
De hecho, España es el país que más ha crecido en el mercado japonés – segundo importador mundial de carne de porcino- en los últimos años multiplicando sus exportaciones por cinco, con cerca de 100.000 toneladas y más de 340 millones de euros en el año 2017, un hito que ha sido posible gracias a que los consumidores japoneses valoran principalmente la alta calidad de la carne de cerdo blanco español.
Japón cuenta con una población de 127 millones de habitantes, de alto poder adquisitivo. Es la tercera economía mundial por valor del PIB, y cuenta con una sofisticada red de distribución, lo que lo hace un destino prioritario para el porcino español.
Esta buena valoración se basa en algunas características que diferencian al sector porcino español, como su modelo de producción, que es un ejemplo a nivel mundial y que es especialmente respetuoso con el medio ambiente, con el bienestar animal y con la seguridad alimentaria.