EFE.- La investigación ha permitido aumentar la producción de almendras tras dos años de pruebas con técnicas como la aplicación de "abono verde", una mezcla de cereal y leguminosa que se incorpora al terreno como fertilizante natural, y el riego de apoyo con boquera, ha informado el Programa de Divulgación Científica de Andalucía en un comunicado.

Estos trabajos se desarrollan en la pedanía de Zarzadilla de Totana, en el término municipal de Lorca, donde se eligieron dos áreas de secano, una de cereales y otra de almendros.

Además de medir los indicadores de desertización y sequía, como la erosión del suelo y la escasez de agua, los expertos valoraron igualmente la influencia de la temperatura y humedad del aire, la velocidad y dirección del viento y el volumen e intensidad de las precipitaciones.

El responsable de este proyecto, el científico titular de la Estación Experimental, Albert Solé-Benet, ha explicado que las conclusiones son "aún provisionales, ya que la investigación está en fase de monitorización del rendimiento del cultivo".

No obstante, los estudios ya han demostrado que el riego de apoyo con boquera, una acequia que desvía hacia campos de cultivo el agua que fluye por barrancos y ramblas después de precipitaciones intensas, ha aumentado el contenido de agua en el suelo y, por tanto, el rendimiento en la producción de almendras.

Además, el abono verde, que aporta al suelo nutrientes y materia orgánica para ayudar a fijar el nitrógeno y mejorar la entrada y retención de agua, ha incrementado el rendimiento del árbol respecto al cultivo tradicional.

Los investigadores están a la espera de obtener resultados con otras técnicas, como el acolchado con paja, un tipo de colchón de paja que se coloca en el suelo alrededor de cada árbol para evitar la evaporación del agua, y la labranza reducida, cuyo objetivo es remover menos el terreno para disminuir la exposición y evaporación del agua.

El estudio forma parte del proyecto internacional Desire contra la desertización y la degradación del suelo, una iniciativa en la que participan diecisiete países y en la que España está representada por la Estación Experimental de Zonas Áridas.

Tras haber implantado estrategias de manejo sostenible (EMS) en dieciséis áreas agrícolas pilotos en cuatro continentes, Desire ofrece los primeros resultados que, en el caso de España, avalan la efectividad de las técnicas utilizadas.

No obstante, para obtener datos concluyentes son necesarios tres años de pruebas, que se completarán en otoño de 2011.

Participan en este proyecto ocho países mediterráneos -España, Portugal, Italia, Grecia, Francia, Turquía, Marruecos y Túnez-, junto a Holanda, Bélgica, Reino Unido, Rusia, China, Botswana, México, Chile y Cabo Verde.

La gran variedad de zonas de estudio implicadas hace necesario el análisis, interacción y comparación de los datos obtenidos en cada una de ellas para intentar aportar soluciones locales a un problema global.

Las conclusiones se presentarán en una serie de folletos de "Buenas prácticas agrícolas" dirigidos a profesionales del sector, agricultores, instituciones, empresas y ONG.

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