EFE.- Los representantes de esas compañías, cuyos nombres no fueron revelados por lo incipiente del proceso, se reunieron con empresarios colombianos de la industria de los biocombustibles, que tienen la meta de crecer alrededor de un 50 % a lo largo del año.

Esas inversiones están orientadas a aportar valor agregado a la cadena productiva del etanol y del biodiésel, así como para mejorar la competitividad.

Entre los posibles destinos de la inversión se destacó el montaje de plantas para la generación de biocombustibles de segunda generación a partir de la biomasa, el sector de bioquímicos para mejorar la productividad y el aporte de nuevos productos a los procesos como la glicerina, revelaron las fuentes.

Las zonas más atractivas para los inversores se encuentran en la costa del Caribe, por contar con muchos puertos y zonas francas, mientras que el departamento del Valle del Cauca (suroeste), del que Cali es capital, despierta también interés por albergar gran parte de los cultivos colombianos de caña de azúcar, de donde se extrae el etanol.

Las reuniones internacionales forman parte de un grupo de unas treinta que fueron coordinadas por la agencia estatal colombiana de promoción de las exportaciones, el turismo y las inversiones (Proexport) desde las oficinas comerciales y las redes coordinadas.

La Conferencia Internacional de Biocombustibles convocó en Cartagena durante dos días a unos 300 empresarios, académicos y expertos de los países productores para analizar la trayectoria de esa joven industria y planear sus siguientes pasos.

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