Más de 7.000 guardias civiles de diferentes especialidades han participado el operativo, llevado a cabo en todo el territorio nacional para el control de etiquetados, falsificación de denominaciones de origen, productos caducados o en mal estado y otras actividades ilegales en su almacenaje y transporte.

Operación en colaboración entre el Magrama y las CCAA

    La operación se ha realizado en coordinación con el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición y las consejerías de sanidad de las Comunidades Autónomas.

     Las tres líneas de actuación en las que se ha trabajado se han dirigido a los controles de entrada de productos alimenticios por parte del Servicio Fiscal; el control del transporte de los mismos por cualquier vía, por parte de las unidades de Seguridad Ciudadana; así como las inspecciones de los establecimientos dedicados al comercio de los productos procedentes de los centros de distribución, con la ayuda del Seprona.

    Las infracciones más comunes que se han detectado son la manipulación o carencia de etiquetados, la manipulación de las fechas de caducidad de los productos, el transporte o manipulación de alimentos sin control sanitario, la venta de pescado inmaduro y la conservación de carne o marisco en almacenes clandestinos sin mantener la cadena de frío o con falta de trazabilidad.

El objetivo era volver a introducirlos en el mercado modificando la fecha de caducidad

    Como ejemplo, en la localidad navarra de Fontellas, se ha realizado una inspección en una nave alquilada por una empresa de conservas, procediéndose a precintar 600.000 pilas, 60.515 kilos de comida, y 168.350 litros de bebidas por encontrarse todo ello caducado o sobrepasada la fecha de consumo y existir riesgo de reintroducción de dichos productos para comercialización y consumo humano.

    Interior ha trasladado al consumidor ciertas recomendaciones para evitar estos problemas. Entre ellas se aconseja que la gente desconfíe de precios anormalmente reducidos, que consuma en sus establecimientos habituales, revise la fecha de caducidad de los productos o que en caso de dudas sobre los mismos se pregunte sobre su procedencia y características a los responsables del establecimiento.

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