La Interprofesional Citrícola Española Intercitrus ha solicitado una reunión con el director general de Política Comercial, Julián Conthe, y el subdirector general de Política Comercial Multilateral y de la Unión Europea, Álvaro Enrique Rodríguez, ambos cargos pertenecientes al Ministerio de Economía, Comercio y Empresa, para abordar las actuaciones del sector citrícola y del Gobierno español ante el panel abierto en el seno de la Organización Mundial del Comercio (OMC) a raíz de una denuncia de Sudáfrica, que cuestiona las medidas fitosanitarias establecidas por la Unión Europea a las importaciones citrícolas con el objeto de evitar la entrada de la falsa polilla (Thaumatotibia leucotreta) y la mancha negra (Phyllosticta citricarpa).

El presidente de Intercitrus, Celestino Recatalá, pretende con este encuentro pedir “el apoyo inquebrantable del Gobierno español, así como de las instituciones europeas, para mantener e incluso reforzar las medidas de control a una Sudáfrica que en lo que llevamos de año acumula un total de 26 detecciones de mancha negra en sus cargamentos de cítricos con destino a la UE. Este número de interceptaciones es una barbaridad, un escándalo tan mayúsculo como intolerable, que evidencia no solo la idoneidad de las medidas fitosanitarias adoptadas hasta el momento, sino además la necesidad de endurecerlas para impedir que estas plagas y enfermedades de cuarentena acaben llegando a la citricultura europea”.

La interprofesional recuerda que la UE tiene establecido un tratamiento en frío a las naranjas sudafricanas para prevenir la falsa polilla con unas condiciones técnicas más benévolas de las que exigen otras potencias -como Estados Unidos, China, Japón, Korea del Sur, etc.- y, sin embargo, Sudáfrica únicamente ha llevado ante la OMC a la UE, mientras que acata sin quejas las medidas fitosanitarias más duras del resto de países importadores.

En cuanto a la mancha negra, Sudáfrica ha venido reclamando a la UE que le rebaje las medidas de control aludiendo que esta enfermedad de cuarentena no puede adaptarse al clima mediterráneo, «pero esa tesis se ha demostrado errónea, tanto por los informes de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) como por la experiencia en Túnez, donde la mancha negra se introdujo en 2019 y desde entonces se ha expandido sin control por su superficie citrícola». Un estudio de la EFSA prevé que el impacto económico resultante de la hipotética afección de mancha negra en la citricultura europea ascendería a 1.182 millones de euros.

Finalmente, Recatalá solicita al Gobierno central que “ponga encima de la mesa todos los recursos que tenga a su disposición, así como la presión necesaria ante las instituciones europeas, especialmente la Comisión, para defender rigurosamente las medidas tomadas, que no dejan de ser insuficientes. Hay que dejar en evidencia la falta de credibilidad de Sudáfrica en términos fitosanitarios, tanto por sus reiteradas mentiras y coacciones como por sus constantes rechazos por presencia de plagas y enfermedades de cuarentena en sus envíos a Europa. Este panel de la OMC debe cerrarse antes de ni siquiera convocarse”.

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