Torres asegura que para evitar las oscilaciones de las ventas, o la extrema vinculación de las mismas al precio, el sector tiene que situar al aceite de oliva como una de las bases de la pirámide alimenticia.
“Ninguna familia deja nunca de comprar leche o pan, así que debemos conseguir que tampoco deje de comprar aceite de oliva”, agrega el presidente de la Federación.
Para conseguirlo, Manuel Alfonso Torres expone que el sector debe resaltar aún más la incidencia del consumo en la salud y la primacía de este producto en la dieta mediterránea: “El consumo de aceite de oliva repercute beneficiosamente en el organismo. A mayor consumo, menos riesgo de contraer determinadas enfermedades. En cuanto a sus características organolépticas, es un producto con un sabor prácticamente sin parangón en la cocina”.