Tras las últimas protestas del sector de la aceituna extremeño ante lo que consideran como «prácticas mafiosas» para comprar aceituna por debajo de costes, la Asociación Española de Exportadores e Industriales de Aceitunas de Mesa (Asemesa) ha denunciado las coacciones que están recibiendo las empresas de la industria aceitunera del Norte de Cáceres durante la campaña de recolección de esta campaña. Por eso, «ante los intentos de manipulación del mercado», anuncia que tomaran las acciones judiciales – incluidas las penales- que sean necesarias para impedir esta situación.
Tras el análisis de la información recopilada por la asociación, a través de mensajes de WhatsApp, notas de prensa y videos de reuniones, Asema asegura en una nota que «se ha constatado como determinadas organizaciones -que se atribuyen la representación de los olivareros de aceituna de mesa- están intentando coaccionar a la industria con el objetivo de imponer los precios de la aceituna en la zona».
ACUSAN A LAS ORGANIZCIONES AGRARIAS DE HABER ALCANZANDO «ACUERDOS DE PRECIOS» PARA VENDER SU ACEITUNA
A tal fin, se están lanzando «acusaciones falsas contra determinadas empresas y promoviendo acciones de fuerza para impedir que reciban aceitunas de los olivareros».
Por eso destacan que, además de estas acciones, que pueden constituir delitos penales, «dichas organizaciones han alcanzado acuerdos de precios, los cuales están prohibidos por las normas de la competencia y acordado acciones coactivas contra las empresas aceituneras que se niegan a plegarse a las amenazas y coacciones».
Por todo ello Asemesa, además de recordar que los precios los fija el mercado, advierte que se tomarán todas las medidas legales, incluidas las judiciales y penales, que procedan contra las organizaciones y personas responsables, incluida la vía penal y se les insta al cese de las conductas denunciadas ante la industria aceitunera.
Las organizaciones convocantes de las protestas defienden que el precio reivindicado de 1,18 €/kg va en función de los costes de producción, del impacto de la sequía en la producción, del mercado del aceite y del precio final del producto, por lo que denuncian que «vender aceitunas por debajo de este precio sería una pérdida económica muy importante para los productores de la zona».