EFE.- La operación, denominada «Suculencias» tenía además ramificaciones en Portugal, por el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil.

La especie de angula Anguilla anguilla se encuentra en situación de riesgo y es una de las que protege el Convenio CITES, estando limitado su comercio a las actividades de pesca regulada en el interior de la Unión Europea, donde los precios medios de mayorista pueden alcanzar los 500 euros por kilo y la exportación a terceros países está totalmente prohibida.

Según la nota, la organización remitía importantes cantidades al mercado asiático, donde el kilo de angulas puede superar en algunos momentos los 2.000 euros.

Para conseguirlo, había establecido una infraestructura en Portugal con socios del país vecino, con el fin de eludir así las medidas que el Estado español mantiene para evitar esta actividad.

Tras recoger las angulas de diferentes puntos en los que guardaban cantidades pequeñas para evitar incautaciones importantes, las llevaban por carretera a algunos viveros en las proximidades de Lisboa y allí las preparaban para su envío, las presentaban en la Aduana lusa, generalmente con documentación falsa, y procedían al envío por vía aérea.

Para dificultar su interceptación, además de declarar en la aduana que se trataba de mercancías diferentes como panga o bacalao, utilizaban empresas que nada tenían que ver con la impulsora de la actividad, una conocida mercantil de pescados de Sevilla.

En el transcurso de la investigación, desarrollada por la Ucoma (Unidad Central Operativa de Medio Ambiente) del Seprona, se tuvo conocimiento de que en Portugal se había incautado una partida de angulas que pretendía ser exportada a China.

Ante la sospecha de que tras este envío se encontrase la empresa española que ya estaba siendo investigada, se iniciaron los contactos con las autoridades lusas, estableciendo un plan de cooperación que dio como fruto un nueva incautación, esta vez bajo control de la Guardia Civil con la dirección del Juzgado de Instrucción número uno de los de Coria del Río y de la Fiscalía de Medio Ambiente de Sevilla.

Los especímenes eran pescados en la propia comunidad de Andalucía, donde se halla totalmente prohibida esta actividad por la situación crítica de la anguila, y con este fin, los detenidos contaban con varios furtivos que les proporcionaban los ejemplares que luego enviaban ilegalmente a China.

Hasta 2009, en el que se incluyó en CITES, el comercio de la angula suponía una actividad más de la pesquería en España, con el País Vasco como pionero mundial en el comercio de este producto, considerado una exquisitez por el que se pagan precios muy elevados.

Según la Guardia Civil, el Seprona ya acometió en 2012 otra Operación similar y en ambos casos el objetivo de los implicados ha sido lucrarse obteniendo beneficios que pueden cuadruplicar los que aporta el mercado legal (de 500 a más de 2000 euros por kilo).

×