En el transcurso de una inspección, los guardias civiles detectaron una novillada que se estaba realizando de manera ilegal en una finca privada, en la que se dio muerte a siete novillos, motivo por el que los agentes iniciaron las actuaciones administrativas pertinentes e iniciaron la fase de explotación de la ‘Operación Tombet’.

   Los guardias civiles constataron que, una vez sacrificados, los novillos eran descuartizados y desollados en la misma finca, así como transportados posteriormente los restos completos en un vehículo sin ningún requisito sanitario ni adopción de medidas higiénicas.

   Asimismo, los agentes pudieron comprobar que los hombres pretendían posteriormente despiezar los restos de los novillos para emplearlos en la preparación de eventos culinarios, sin ningún tipo de control sanitario ni trazabilidad alimentaria.

Iba destinada al consumo humano

   Por otro lado, los agentes comprobaron que los sospechosos trasladaron las piezas de los animales destinadas a consumo humano mezcladas con otras consideradas como material de riesgo específico en bovinos. Como resultado de la operación, los guardias civiles intervinieron más de 1.800 kilogramos de carne despiezada de novillos e inmovilizaron 155 ejemplares entre toros, becerros, vacas bravas, novillos y toros mansos, todos ellos a disposición de la Conselleria de Agricultura, Pesca y Alimentación.

   Por otra parte, se han iniciado actuaciones en el ámbito administrativo por infringir diversa normativa en materias de ganadería, sanidad animal y espectáculos públicos.

   Además, se procedió a la imputación de R.U.R., de 50 años; J.B.A.M. de 32 años; J.I.B., de 34 años; V.G.S., de 48 años; y M.A.G., de 47 años; como supuestos autores de un delito contra la salud pública, los cuales han quedado en libertad a la espera de juicio. Las diligencias han sido remitidas al Decanato de los Juzgados de Vila-real y Fiscalía de la Audiencia Provincial.

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