En el interior de los vehículos fueron localizados tres ejemplares de ganado porcino despiezados y dispuestos para su consumo, encontrándose la carne todavía caliente, sin ningún tipo de sello, cuño, marcado identificativo, factura de origen ni registro sanitario.

     Dadas las irregularidades observadas se inició una investigación para conocer la procedencia de la carne y el equipo de Seprona (Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil) localizó la explotación ganadera de la cual procedían los animales.

     La Guardia Civil imputó el pasado miércoles al propietario de esta explotación como presunto autor de un delito contra la salud pública con productos alimenticios, al no estar autorizado para el sacrificio de animales, al carecer de la autorización pertinente, ni contar con ningún tipo de registro sanitario.

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