El coronavirus ha aparcado el calendario de negociaciones cruciales como el presupuesto comunitario, la Política Agrícola Común (PAC) o el acuerdo post Brexit, pero Bruselas sigue siendo prioritaria en las decisiones para garantizar el abastecimiento de alimentos en la Unión Europea (UE). El funcionamiento de las instituciones vive un “impasse”, con aplazamiento de viajes y reuniones, ante una emergencia inédita en la historia de la UE.

También para el sector agrícola y pesquero habrá un “antes y un después” del coronavirus, lo que acrecienta la incertidumbre, según declaran a Efeagro fuentes de las organizaciones agrarias Asaja, COAG, UPA y de Cooperativas Agro-alimentarias.

De momento, la prioridad es garantizar temporeros suficientes para las cosechas o ayuda para paliar los efectos en la pesca.

Sin embargo, desde el sector y desde los países más interesados en salvar el presupuesto agrícola, se insiste en que esta crisis debe servir para poner de manifiesto la importancia de garantizar la oferta de alimentos.

“Si alguien cuestionaba la seguridad y la soberanía alimentaria de la UE ahora vemos que Europa no puede pasar hambre”, recalca el presidente de la Confederación que agrupa a las cooperativas agroalimentarias de la UE (COGECA), Ramón Armengol.

EL PRESUPUESTO

Los líderes de la UE fueron incapaces de pactar el presupuesto 2021-2027 en febrero. España y otros 16 países rechazaron recortar las ayudas de la PAC y de los fondos de cohesión, enfrentados al bloque de Holanda, Austria, Alemania y Suecia, partidarios de la austeridad.

“Si ya antes (del coronavirus) íbamos con retraso para el presupuesto, ahora va a ser más complicado”, señala a Efeagro la eurodiputada Clara Aguilera (socialistas), de la comisión de Agricultura de la Eurocámara, que destaca el impasse existente.

“Hay una parálisis importante”, añade Aguilera y apunta que si el 1 de enero de 2021 no hubiera presupuesto nuevo, haría falta una reglamentación de transición para que no se estanquen los programas más importantes.

La situación post COVID-19 hace pensar en un replanteamiento de las negociaciones presupuestarias.

“Parece la tormenta perfecta”, apunta el delegado en Bruselas de Asaja, José María Castilla.

Desde el sector esperan que el papel que está desempeñando la cadena de producción alimentaria sirva para legitimar un presupuesto fuerte para que la UE “ponga los pies en la tierra”, según Asaja.

“Hace un mes estábamos en la calle por la crisis de precios. Hemos aprovechado este impasse y aparcado nuestras reivindicaciones por el coronavirus, que ha demostrado que la agricultura es un sector estratégico”, según el responsable de relaciones internacionales de UPA, José Manuel Roche.

LA PAC PARA 2023

En el ámbito agrario hay coincidencia en que la nueva PAC no se va a aplicar hasta 2023. La reforma en curso se retrasa aún más.

En la práctica, los agricultores y ganaderos están recibiendo sus ayudas sin dificultad, como ha comunicado recientemente el Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA).

Además, existe un reglamento de transición de la PAC, que las instituciones comunitarias debaten. Aguilera explica que el objetivo es que la Eurocámara lo apruebe en septiembre, para que se garantice la continuidad del sistema, mientras se hace realidad la reforma y se desarrolla este aprovhado este impasse.

BREXIT y LA AMBICIÓN CLIMÁTICA Y EL PACTO VERDE DE LA GRANJA AL TENERDOR

La discusión del acuerdo post Brexit se congeló en marzo ante la crisis del coronavirus. Ambas partes valoran seguir por videoconferencia, mientras aumentan las especulaciones de la extensión del período de transición más allá del 31 de diciembre.

La Comisión Europea (CE) presidida por Ursula Von der Leyen hizo del “Pacto Verde” -cuyo objetivo es alcanzar la neutralidad climática en 2050- su estandarte.

Bruselas se ha visto obligada a retrasar la presentación de su estrategia “Farm to Fork” (De la granja a el tenedor), prevista para marzo, una de las iniciativas centrales del “Pacto Verde”.

El objetivo es aumentar los “esfuerzos” de agricultores y pescadores frente al cambio climático, con una mayor ambición en la reducción de fitosanitarios, antibióticos o en la economía circular.

Las organizaciones agrarias y cooperativas cuestionan un incremento de exigencias ambientales y sobre todo, en el actual momento.

El director de servicios técnicos de COAG, José Luis Miguel, apunta que tal vez esta crisis sirva también para dejar de criminalizar al sector primario, “a quien se toma un chuletón” o, por ejemplo, de culpabilizar a la ganadería del cambio climático.

(Texto: Mercedes Salas / Efeagro)

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