El riego con energía eléctrica costará más a partir de esta campaña. Tal como advierte ASAJA, esta es la consecuencia que sufrirán los agricultores con regadío eléctrico y contrato con Iberdrola Distribución, después de que la compañía decidiera por sorpresa aplicar la ley a rajatabla y negarse a admitir cambios en la potencia contratada hasta que no trascurran 12 meses desde la última modificación.
Desde la liberalización del mercado de la energía los regantes han visto incrementar exponencialmente su factura eléctrica, y tras varios años de negociaciones infructuosas con el Gobierno para establecer una tarifa de temporada a la que pudieran acogerse estos agricultores que solo usan el agua, y por tanto la luz, durante 5 ó 6 meses al año, los productores han buscado fórmulas para ajustar al mínimo posible este importante coste que lleva al límite la rentabilidad a muchos cultivos de regadío en Castilla y León.
Muchos regantes que solicitaron una reducción al final de la campaña deben ahora sobrepasar su contrato y pagar más
Entre los mecanismos de optimización utilizados por los regantes se encuentra el de la reducción de potencia en ‘Llana’ en la época que no se riega, logrando un ahorro importante al ajustar el mínimo mensual a pagar en función de la necesidad real de suministro. Pero todas las alarmas han saltado cuando los agricultores han ido a regar esta campaña y, como otros años, han solicitado a Iberdrola ese aumento de potencia, a lo que la compañía se ha negado, acogiéndose exclusivamente a la obligación que le impone la legislación de realizar los cambios siempre que haya pasado más de 12 meses desde el anterior.
Muchos de los regantes que solicitaron una reducción al final de la campaña anterior se han visto atrapados y con la única alternativa de regar sus cultivos ya implantados sobrepasando el límite de su contrato, lo que significa asumir cuantiosas penalizaciones.
Tras las demandas de los socios, ASAJA ha tratado el asunto con la empresa y se ha conseguido una vía excepcional para esta campaña que Iberdrola admita excepcionalmente los cambios de potencia en este momento, aunque haga menos de un año que se solicitó la anterior; a cambio, el agricultor se compromete a no solicitar más modificaciones hasta que transcurran al menos 12 meses.
Pero esta opción excepcional no es una solución satisfactoria, puesto el regante se verá atrapado en la situación inversa una vez finalizada la campaña de riego, cuando necesitará reducir la potencia contratada para no soportar un coste muy elevado por la contratación de un mínimo de potencia muy alto que no utilizará durante meses.
Desde ASAJA recomendamos que cada regante se asesore y estudie su situación particular, valorando no solo la necesidad inmediata de aumentar una potencia que posteriormente le supondrá un sobrecoste los meses que no riegue. Habrá casos en los que, por la superficie y cultivos a regar, sea suficiente regar en las horas ‘Valle’ y los fines de semana y por tanto no necesitará ese aumento de potencia; en otros casos, en los que el sobrepasamiento vaya a ser mínimo, puede compensar pagar la penalización mejor que la ‘Llana’ todo el año.
Desde ASAJA solicitamos a las empresas eléctricas, Iberdrola en este caso, que respondan a los agricultores con ofertas comerciales «adaptadas a las necesidades reales de los regadíos de nuestra región y no obligándoles a pagar un sobrecoste innecesario por una energía que ni necesitan, ni consumen, muchos meses al año».