El contrato logrado por Sadim supone abrir las puertas al mercado mexicano de la mano de uno de los gigantes de la industria agroalimentaria del país norteamericano, una empresa con seis grandes plantas productivas y una plantilla de 18.000 trabajadores, que elabora y comercializa once importantes marcas de cerveza en México, entre ellas Heineken y Sol.

    Sadim-Atex pretende aprovechar el acuerdo para buscar nuevos nichos de trabajo en México, la segunda gran economía de Latinoamérica.

    Considera el asesoramiento a empresas en la prevención de riesgos de explosión en la actividad industrial como una línea de negocio a explorar en países emergentes.

    Productos tan aparentemente inofensivos como la harina, el cacao, la malta, la cascarilla de arroz, la leche en polvo o el café pueden explosionar si el polvo de estos productos está en suspensión en determinadas cantidades y entra en contacto con oxígeno en presencia de una fuente de ignición, eléctrica o de otro tipo.

    Las industrias afectadas por estos riesgos son numerosas: químicas, de tratamientos de residuos, ingenierías civiles, energéticas, depuradoras, de suministro de gas, madereras o talleres de pintura.

    Sadim-Atex ofrece al cliente la experiencia que dan trece años de trabajo en este campo y una cartera con clientes entre los que figuran firmas como Schweppes, Domecq, Bimbo, Campofrío, Nestlé, Freixenet, Heineken, Mahou, Puleva, Bayer, Bridgestone, Ercros, General Dynamics, Fertiberia, Cegasa, Endesa, Iberdola o Coca Cola.

    El de la cervecera mexicana es el segundo contrato que anuncia en pocos días en Latinoamérica el Grupo Hunosa.

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