EFE.- Organizada por la ONG Cives Mundi -con sede en Soria y proyectos en 17 países-, la iniciativa cuenta la colaboración de la Fundación de Ayuda al Discapacitado y Enfermo Psíquico de Soria (Fadess).
Ortega explica a Efeagro que "es el fruto de la reflexión de esta ONG, que quería devolver a la sociedad soriana parte del cariño y del respeto que había recibido de ella; recuperamos tierras antiguas, plantamos verduras y hortalizas y las comercializamos mediante un club de consumo y venta directa en el mercado de Soria".
El beneficio, resalta, es que dan "trabajo a personas con enfermedad mental, un grupo con riesgo de exclusión laboral; ahora mismo estamos dando empleo a entre tres y doce personas, dependiendo de la temporada", dada la estacionalidad del proceso agrícola.
Las cestas, que se distribuyen mensualmente a los socios del grupo de consumo, incluyen productos de temporada; esta semana, había en ellas patatas, alcachofas, cebollas, peras… Y muchas razones de sus compradores para colaborar.
"Una de ellas es el motivo alimentario, aprender a comer verdura de temporada; otro, que estás creando empleo, y también que ayuda un poquito a repoblar esas tierras hortícolas, que sobre todo en Soria pues han estado abandonadas en los últimos años", resalta a Efeagro uno de sus miembros, Fernando Rubio.
Las verduras y hortalizas provienen de una finca cedida por un particular a 30 kilómetros de Soria, en Fuentepinilla, a la que se unen aportaciones voluntarias de agricultores adheridos al proyecto o compras a productores de la zona que cultiven de forma sostenible.
Según apunta la coordinadora del proyecto, Verónica Rubio, el objetivo es ser autosuficiente, para lo que ahora se afrontan en la finca labores de mejora de las instalaciones, de riego por goteo y de siembra: "Se van a construir los invernaderos, para garantizar la producción en épocas de mayor frío, el gallinero para auto abastecernos y plantaciones de todo tipo de productos hortícolas".
Los compromisos de "Huertos de Soria" son el empleo de personas con riesgos de exclusión social, la recuperación de sistemas tradicionales de cultivo, la protección de la biodiversidad, mediante la recuperación de huertas abandonadas en el entorno de los núcleos urbanos, y el fomento del consumo de productos de temporada, locales y de proximidad.
"En el fondo", según Ortega, "no es más que aplicar las políticas de desarrollo y de cooperación al desarrollo de una manera local; la repercusión no la notas a 5.000 kilómetros, si no a 25 kilómetros".
Pero, es palpable que, tanto para sus organizadores como para los que trabajan día a día en el proyecto, una de las mayores satisfacciones reside en el efecto directo sobre las vidas de los trabajadores con enfermedad mental que participan en él.
"La parte más importante es el beneficio terapéutico para los trabajadores. Nos cuentan los psicólogos y psiquiatras que recaen menos. Al estar más activos, necesitan menos medicación, se sienten más felices, se ven como las personas íntegras que son. Y además estamos ahorrando al Estado medicación, ingresos hospitalarios y asistencia psiquiátrica", remarca Ortega.
La sede de "El hueco" -una incubadora de emprendimiento- alberga "Huertos de Soria" y se convierte en el centro logístico donde se reciben los productos hortícolas y se realiza la distribución, ya sea al domicilio de los miembros del grupo de compra o a sus miembros si acuden directamente a recoger las cestas mensuales.
Para Fernando Rubio hay un componente fundamental relacionado con el medioambiente, "es un tema de deficiencia energética, de sostenibilidad, el hecho que estén en un entorno de proximidad y no hayan tenido que recorrer 10.000 kilómetros. Aparte de decir mucho más de la calidad del producto, dice también que ha consumido mucho menos CO2" para tener dichos alimentos.
"Huertos de Soria" es un modo de mantener vivo el territorio e integrar medioambiente, economía e integración social; para describirlo Ortega alude a un concepto -"la revolución de la lechuga"- inventado por una periodista italiana que se basa en los efectos de la recuperación de huertos en la vida de las personas.
"Nosotros plantamos lechugas", señala Ortega, "que puede parecer una cosa muy simple, pero estamos plantando felicidad para quienes trabajan con nosotros y felicidad y auto satisfacción para las personas que compran nuestros productos".