Veinticinco años de experiencia en este tipo horticultura avalan los avances de los País Bajos en este campo y casi 2.000 personas al año visitan sus invernaderos sostenibles para saber cómo funcionan.
El profesor Zwart ha llevado a cabo en los últimos años numerosas investigaciones científicas relacionadas con el balance de agua, la reducción de la demanda energética y el aprovechamiento de la energía en invernaderos semicerrados.
Un sistema innovador que puede ser muy útil en Las Islas
En uno de esos estudios, explica que para lograr una horticultura más sostenible en los invernaderos se requiere reducir de forma considerable el consumo de energía, pero el problema reside en cómo mantener, a pesar de ello, la producción y la calidad.
El equipo de Feije Zwart ha desarrollado un sistema de cultivo para el tomate que reduce el consumo de energía en un 40 % y consigue mantener un nivel de producción de 60 kilogramos.
Este investigador holandés piensa que, en Canarias, las condiciones del clima del archipiélago, más benévolas que las de su país, pueden aprovecharse para aplicar estas técnicas en invernaderos abiertos, que si bien pierden mucha agua, utilizan menos electricidad.
Para compensar la pérdida de agua característica de los invernaderos abiertos, Zwart propone mejorar el sistema de riego por medio de los sustratos de cultivo, lo que permite que las plantas no absorban el agua exclusivamente desde el suelo.
Según este experto, con un metro cúbico de agua, se consiguen producir nueve kilos de tomates en campo abierto, 13 kilos en un invernadero convencional y hasta 80 kilos en un invernadero cerrado.
"Si en Canarias logran controlar el clima que hay en el interior del invernadero, pueden llegar a duplicar esa cantidad (los 13 kilos de rendimiento habitual por m3 de agua) y llegar a los 26 kilos", ha explicado Zwart, que considera que el compromiso de sostenibilidad en las islas consistiría en producir más, con menos consumo de agua.