El sector arrocero ha puesto el grito en el cielo tras conocer que el Grupo de Trabajo de Medio Ambiente del Consejo de Europa decidió apoyar la propuesta de la Comisión Europea para aumentar en los arroces importados el nivel máximo de residuos (LMR) de 0,01 a 0,09 mg/kg del Triciclazol, una materia fitosanitaria cuyo uso tienen prohibido los arroceros europeos y que resulta esencial para el control de la principal enfermedad del cultivo del arroz, la pyricularia oryzae.

La polémica votación contó con 17 Estados Miembros a favor de la medida, casi todos ellos del centro y norte del continente, es decir, no productores de arroz, por sólo seis en contra, entre ellos España y otros países mediterráneos que sí cultivan arroz en espacios de valor ecológico.

La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) valora el voto negativo del Gobierno español, atendiendo a sus reivindicaciones, pero lamenta que no haya logrado suficientes aliados para “evitar este nuevo atropello a los productores y consumidores europeos”. Con todo, los países tienen hasta el próximo viernes para expresar su opinión en una consulta escrita y la asociación pide que aquellos países que se han opuesto reiteren su rechazo a estos arroces importados. En ese caso, la decisión quedaría pendiente de una votación en el Parlamento Europeo, por lo que AVA-ASAJA solicita a los eurodiputados españoles que vuelvan a votar contra esta iniciativa que “sería el colmo de la desfachatez”.

La organización presidida por Cristóbal Aguado acusa a los países del norte de “hipócritas” por favorecer la entrada de más importaciones procedentes de países terceros con una sustancia que ellos mismos prohibieron a los agricultores de la Unión Europea por su supuesto riesgo para el medioambiente: “O el Triciclazol se autoriza en todos los arroces, europeos y no europeos, o se prohíbe para todos. Lo que han hecho es hipócrita, injusto, intolerable, demoledor para la rentabilidad de los arroceros y un fraude para los consumidores europeos”, resalta.

Aguado critica “las dos Europas, una la del egoísmo y otra la que sufre esa falta de solidaridad y respeto hacia los intereses del sur. Cuando ocurre una plaga o un problema que afecta al norte, el sur nunca se ha posicionado en contra. Quizá es que los valores culturales que se piensa que tienen los países del norte son más ficticios que reales. Lo importante es ponerlos en práctica y comportarse como verdaderos ciudadanos europeos”.

COMPETENCIA DESLEAL

El tesorero de AVA-ASAJA, Miguel Minguet, quien a su vez es vicepresidente del Grupo del Arroz del COPA-COGECA, denuncia que “esta última votación no está alineada ni con los compromisos que contrajo la UE sobre las importaciones conforme a la nueva PAC, ni con la estrategia De la Granja a la Mesa, donde se afirma que no se revisarán tolerancias para sustancias prohibidas en la UE. Supondría claramente una competencia desleal y un paso atrás en la reciprocidad de las relaciones comerciales. Y ocasionaría una deslocalización de la producción agrícola europea que la UE trataría de sustituir por producciones con menores garantías ambientales”.

Esta propuesta había sido rechazada en el Comité Permanente de Plantas, Animales, Alimentos y Piensos (SCoPAFF) en su reunión del 10 de mayo de 2023 e igualmente había contado con la oposición del Parlamento Europeo durante la reunión de la Comisión AGRI del 19 de julio. Sin embargo, los gobiernos del norte de la UE argumentan que no quieren obstaculizar el comercio y que, según la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), el nivel de residuos que establecen en el Triciclazol en estos arroces importados es seguro para la salud humana.

Minguet responde que “si tan seguro es el Triciclazol, ¿por qué no permiten su empleo en los arrozales europeos? ¿Acaso la lucha global contra el cambio climático acaba en la frontera de Europa y da igual lo que se contamine fuera de ella? ¿No han caído en la cuenta de que si se abandona el arroz en parques naturales, como La Albufera y el Marjal de Pego-Oliva, estos estarán en peligro? Desde el sector se espera y se da por sentado que el Parlamento, por coherencia interna y por coherencia con el sector agrario europeo, rechazará esta nefasta y absurda propuesta”.

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