En la carrera, que considera aún en un etapa muy temprana, el exministro de Comercio mexicano (1994-2000) dijo que tiene "altas probabilidades de triunfar" y cuenta con el respaldo de países de todos los continentes, si bien no quiso revelar cuáles como parte de su estrategia.

    Confió en que conseguirá el respaldo de Estados Unidos y la Unión Europea (UE) y sostuvo que su experiencia en los sectores público y privado, en el primero como diseñador de las reglas comerciales y en el segundo como usuario de ellas, lo ubica en una posición de ventaja para suceder al francés Pascal Lamy.

    Recordó que condujo negociaciones comerciales "muy importantes que abrieron brecha" a otros países, como fue el caso del Tratado de Libre Comercio de América del Norte con Estados Unidos y Canadá (TLCAN) y el del convenio global firmado con la UE, pero también con otras naciones como Nicaragua, Costa Rica y Bolivia.

    "Tenemos la capacidad para entender las realidades políticas y económicas de los grandes y pequeños países, y de llegar a conclusiones exitosas de negociación", afirmó Blanco, convencido de que tiene todo para sacar adelante la Ronda de Doha, incluido su gran conocimiento de Estados Unidos.

    Dicha negociación, estancada desde 2008 por discrepancias en temas agrícolas, "no tiene esperanzas si Estados Unidos no se mueve", dijo el candidato, quien estimó fundamental que el sector privado y el Congreso le den la importancia necesaria para que se empiece a ver "flexibilidad en varios temas".

   Una vez que eso suceda, poco a poco los otros países irán cediendo para "ir acortando diferencias" y concluir con éxito la Ronda de Doha y eliminar las barreras al comercio, manifestó.

    Ese es el "gran desafío" en momentos en que la OMC atraviesa por una grave crisis, señaló Blanco, quien recordó que "hay muchos países que son miembros de la Organización que no han podido sacar beneficios del comercio".

    Un acuerdo sobre la eliminación de aranceles a los productos agrícolas e industriales, así como los subsidios internos, permitiría que los "países menos desarrollados puedan aumentar sus exportaciones", apuntó.

    Por ejemplo, dijo, Estados Unidos tiene subsidios que impiden que países como Burkina Faso, un gran productor de algodón, "pueda producir más, generar más empleos y beneficiarse más del comercio".

    Blanco admitió que es "difícil hallar una solución para todos los países" y se pronunció, en el caso de las naciones pequeñas, por "ser muy pragmáticos en el diagnóstico de lo que se requiere".

    A veces cuando un arancel, una barrera o incluso un subsidio es eliminado, "hay países que no pueden exportar porque no tienen la infraestructura", por lo que requiere de una serie de instrumentos, como ayuda financiera o capacitación, dependiendo de las realidades de cada nación.

    El candidato mexicano consideró necesario mejorar el mecanismo de solución de controversias de la OMC, que después de la crisis de 2008 fue "fundamental para que no se diera una oleada de medidas proteccionistas".

    Aunque se trata de "uno de los instrumentos más efectivos no sólo por las controversias que resolvió", sino porque su credibilidad ha desalentado las medidas proteccionistas, enfatizó la importancia de crear un mecanismo más ágil que permita acortar los tiempos y reducir los costos.

    Al respecto, se pronunció por "hacer las cosas más simples" y "avanzar en hacer reglas más específicas que impidan el proteccionismo" que se realiza mediante las llamadas barreras detrás de la frontera, como los permisos fijados por algunos países y que obstaculizan las importaciones.

    El primer desafío del próximo director de la OMC, que asumirá el cargo el 1 de septiembre por un periodo renovable de cuatro años, será lograr avances en la reunión ministerial de Bali en diciembre próximo, dijo Blanco.

    En su opinión, un acuerdo en materia de facilitación de comercio y seguridad alimentaria sería "la primera luz" que puede llevar a un "resultado exitoso en las negociaciones de Doha".

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