EFE.- Un grupo de investigadores del CSIC y de la Universidad de Exeter (Inglaterra) han descubierto un nuevo grupo evolutivo de hongos, que podría ser un eslabón perdido en el árbol de la vida fúngica, donde representaría un estado intermedio en la evolución que dio lugar a los hongos actuales.
El nuevo grupo, bautizado como cryptomycota ("hongos ocultos" en griego) a la espera de una clasificación formal y cuyo hallazgo se produjo al estudiar unas muestras extraídas de un estanque de la universidad inglesa, se compone de organismos unicelulares muy pequeños, de 3 a 5 micras, que presentan un ciclo de vida con varias fases: células de vida libre con o sin flagelos y células asociadas a otros organismos.
En ninguna de las fases -como se explica en el artículo que esta semana se publica en la revista Nature- se detectó quitina, el componente fundamental de la pared celular de todos los hongos conocidos hasta el momento y que condiciona sus estrategias de alimentación y crecimiento, ha explicado hoy el CSIC por medio de una nota de prensa.
"Estas características parecen sugerir que el grupo representa un estado intermedio en la evolución que finalmente derivó en los hongos conocidos", afirma Ramon Massana, investigador del CSIC en el Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona.
Además, la diversidad genética detectada dentro del grupo y su prevalencia hacen pensar que puedan jugar un papel importante, pero todavía impredecible, dentro de los procesos ambientales.
Los organismos se detectaron en muestras de la laguna del campo de la Universidad de Exeter, al descubrir un grupo inusual en las secuencias de ADN.
"Fue al iluminar las células de cryptomycota con sondas fluorescentes cuando se vieron por primera vez estos nuevos hongos. Asimismo, la combinación de diversas técnicas microscópicas nos permitió detectar la ausencia de pared celular", indica Irene Forn, también del Instituto de Ciencias del Mar.
Con unas 70.000 especies conocidas en el mundo, los hongos, que están a caballo entre el mundo vegetal y el animal, abarcan desde la beneficiosa penicilina hasta la mortal Amanita phalloides, y proporcionan, entre otros procesos, la fermentación del pan, el vino y la cerveza.
Los hongos son muy importantes en su interacción con otros seres vivos, como ocurre con los líquenes (hongo+alga) y las micorrizas (hongo+árbol) y son los principales responsables de la descomposición y reciclaje de plantas y animales muertos. Sin embargo, en el caso de las cryptomycota aún queda mucha investigación para comprender cómo se alimentan, crecen y se reproducen.
"Lo que sí que parece claro es que el hallazgo obliga a cambiar radicalmente la estructura del árbol de la vida de un grupo que se daba por definido evolutivamente, ya que se viene estudiando desde hace 150 años", explica Massana.
El estudio se enmarca en la investigación para entender la diversidad de la vida en la Tierra a partir de muestras de ADN tomadas del ambiente.
Massana remarca que "hasta hace pocos años los científicos que estudiaban la biodiversidad microbiana se basaban en aislar los microbios en cultivo, pero ahora sabemos que la gran mayoría de formas de vida no son fácilmente cultivables".