Es el caso de Francia, con más de 10.000 centros de sacrificio en explotaciones ganaderas de conejos y aves, ha comentado.

    También es legal en Italia, donde incluso se aceptan los mataderos "portátiles", camiones adaptados que van rotando entre las granjas cada día para procesar los animales, de tal forma que los granjeros pueden además de criar y engordar, vender directamente la carne a los establecimientos de hostelería y a los mercados locales.

    En opinión de Asemuce, la propuesta de transformación, si España la autorizara finalmente, permitiría crear 1.000 empleos nuevos y conservar otros 3.000 que hoy están en riesgo.

    Más aún, añade, cuando el 50% de las explotaciones industriales de carácter familiar han desaparecido en los últimos cinco años, y el censo se ha reducido a apenas 2,5 millones de cabezas, por la crisis de rentabilidad y el encarecimiento de piensos e insumos.

    El cunicultor cobra ahora 1,60 euros por kilo, el 25% menos de lo que costó producirlo, lo que ha colocado al sector en crisis.

    Esta nueva opción -defiende el presidente- es viable económicamente para los granjeros al requerir de una inversión media de tan sólo 30.000 euros por matadero, garantizaría el futuro del sector y el relevo generacional y ofrecería un producto "fresquísimo" al consumidor y con mayor valor de mercado.

    Y podrían lograr más rentabilidad con la venta de las pieles, muy apreciadas por las textiles de China y cuyos beneficios se quedan ahora los mataderos, puesto que no la pagan a los ganaderos. Cada piel vale 1,5 euros que el cunicultor no recibe, dice.

    También se rompería "el monopolio" que a su juicio representan los grandes mataderos mayoristas que imponen precios muy bajos, de forma que los ganaderos están "maniatados y secuestrados" por ellos.

    Como ejemplo, ha denunciado que actualmente los cunicultores de todo el arco mediterráneo sólo pueden entregar sus producciones a una gran compañía y en España, apenas "resisten" unos pocos mataderos independientes en Galicia o Cataluña."En Castilla-La Mancha, Andalucía, Extremadura o Murcia, es un monopolio", ha denunciado.

    Aboga, en suma, por granjas sostenibles que puedan contar con nuevas actividades que las doten de valor añadido, como ocurre con muchas francesas, que cuentan con explotación de cría, fábricas de carne y actividades de turismo, con visitas programadas.

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