Tras noventa años de dedicación y cuatro generaciones al frente, la familia González Romero puede decir con orgullo que son los únicos en Aragón que todavía realizan los elaborados de la matanza de forma tradicional. La empresa cárnica, ubicada en el municipio zaragozano de Ariza, se creó en 1928 y, actualmente, es la más grande de toda la comarca de Calatayud.

Su filosofía es mantener la tradición en la producción de elaborados frescos y curados, que se realizan de forma natural siguiendo las recetas familiares transmitidas de generación en generación y, por supuesto, evitando todo aquello que “implica producción industrial”. Algunos de sus productos, como los fardeles y las salchichas, todavía los hacen de forma manual.

Además de por su historia y la calidad de sus productos –todos aptos para celíacos-, la familia González Romero son conocidos por elaborar embutidos, adobados y derivados de la matanza de forma personalizada. Es decir, ellos son capaces de replicar las recetas familiares de cada casa y de crear productos al gusto del consumidor. Los clientes pueden seguir el proceso de elaboración de sus pedidos desde un espacio acristalado y, una vez producidos, se custodian en el secadero hasta el momento óptimo de consumo.  También son expertos en la personalización de cortes de carne y en la curación de chuletones. Estos servicios lo realizan tanto a particulares como a profesionales.

“Tenemos clientes muy fieles que, año tras año, vienen para que les elaboremos los productos de la matanza, siguiendo la receta tradicional que lleva en su familia toda la vida. Hay que tener en cuenta que antiguamente la matanza se realizaba en las casas. Era un momento familiar muy importante, pero, desde hace años, ha desaparecido, así que nosotros lo intentamos mantener vivo, en cierta manera, y permitir que la gente no pierda esa costumbre de tener productos propios y personalizados”, ha destacado el gerente y propietario de González Romero, Enrique Romero González.

González Romero cuenta en sus instalaciones -en las que trabajan 22 empleados- con una granja propia con capacidad para 300 terneros, una sala de despiece, un obrador de elaborados frescos, una fábrica de embutidos, un secadero, 1.000 m3 de cámaras frigoríficas y, desde 1973, una carnicería en el centro de Ariza.

“En los últimos cinco años hemos invertido 110.000€ en la mejora de nuestros espacios y en la compra de nuevas máquinas. No todas las empresas familiares pueden presumir de tener cerca de un siglo de vida. A lo largo de este tiempo, tanto nuestro antepasados como ahora nosotros, nos hemos sentido muy arropados por la gente. Nos perciben como profesionales con una larga experiencia y como una empresa seria y comprometida con los clientes. Les ofrecemos cercanía, algo que no encuentran en las grandes empresas cárnicas nacionales. En González Romero apostamos por el comercio de proximidad y colaboramos con una red de más de 250 establecimientos de alimentación y hostelería de Aragón, Castilla-La Mancha y Castilla y León. A través de estos comercios, nuestros clientes realizan sus pedidos y se los hacemos llegar actuando como punto de entrega”, ha explicado Enrique Romero.

La vida avanza y, por lo tanto, también los productos que consumimos. Conscientes de ello, en González Romero se han tenido que adaptar a los nuevos tiempos e innovar en sus elaborados como, por ejemplo, creando hamburguesas de nuevos formatos y sabores, de las que, en los primeros ocho meses de 2018, ya se habían fabricado 469 kilos más que en el mismo periodo del año anterior.

Los datos de ventas de 2017 son muy significativos, ya que se vendieron un total de 460.000 kilos de carne, de los que 53.000 kilos fueron elaborados de la matanza. De este total, 27.300 kilos pertenecieron elaborados personalizados.

(Fotos: Xesco López Iturbe – www.helioom.es)

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