La actución de la Guardia Civil contra los grupos organizados en el robo de la aceituna, que en muchos casos actúan como verdaderas mafias por la estructura de la que disponen, se ha saldado con la detención de 16 personas y la recuperación de 4.500 kilos de aceituna en dos operaciones policiales desarrolladas en la provincia de Málaga y de Murcia. Estas operaciones llega después de otra en Jaén, donde se podrían haber robado más de 20 toneladas.

En la primera, un grupo dedicado a cometer por la noche los robos de la aceituna en fincas de varias localidades de la comarca malagueña del Valle del Guadalhorce ha sido desarticulado por la Guardia Civil, actuación que se ha saldado con la detención de diez personas.

Además de los detenidos, la Guardia Civil ha actuado contra otras diecinueve personas en calidad de investigadas por los supuestos delitos de robo con fuerza, hurto, receptación, estafa y atentado contra agente de la autoridad, según ha informado este miércoles 10 el instituto armado en un comunicado.

En Málaga se ha detectado un almazara con dos balanzas: una para la acetuna legal y otra para la de dudosa procedencia

En una de las intervenciones, uno de los agentes resultó herido mientras detenía a un miembro de una cuadrilla que trató de escapar, y que tenía una orden de detención e ingreso en prisión, además de numerosos antecedentes por hechos similares.

Los autores de los robos de la aceituna formaban dos cuadrillas de aproximadamente nueve miembros integradas en un grupo organizado que cometía los robos en horario nocturno, «sin ninguna luz y tomando todo tipo de medidas de seguridad para no ser sorprendidos».

La investigación se inició el pasado octubre, tras varias denuncias por robo de propietarios de fincas agrícolas de las localidades malagueñas de Alhaurín de la Torre, Alhaurín el Grande, Cártama, Coín y Álora.

Han sido recuperados unos 3.500 kilos de aceituna que había en un almacén en la localidad de Alhaurín de la Torre, donde ambas cuadrillas llevaban los frutos robados tras recibir un pago por parte de la persona que los recibía.

La mercancía sustraída se almacenaba allí durante una semana hasta que era transportada en un camión de grandes dimensiones a un molino de la localidad de Alhaurín el Grande, desde donde era comercializada como aceituna de mesa o era convertida en aceite.

El molino poseía dos balanzas para el peso de aceituna, una dedicada a pesar las aceitunas registradas legalmente y hacer todos los trámites legales, y otra donde pesaban la aceituna de dudosa procedencia.

Durante la inspección se comprobó que se aceptaban aceitunas de cualquier procedencia sin requerir ninguna documentación, sin saber si había estado sometida a tratamiento, el tiempo de conservación y sin seguir la cadena de trazabilidad que deben tener todos los productos, lo que puede suponer un riesgo para la salud pública.

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