Recuerda que las cadenas de producción cada vez son más largas y participan en ellas más operadores, como en la IV Gama -las frutas y verduras listas para consumir-, lo que da más oportunidades a los riesgos por contaminación.

    "Hoy si queremos estar en los mercados internacionales debemos tener una buena situación sanitaria y fitosanitaria", insiste.

    En este sentido, pone como ejemplo que el crecimiento de los envíos exteriores de vacuno a terceros países ha sido posible porque "se han calificado sanitariamente los cebaderos respecto a tuberculosis y brucelosis" o que parte del éxito de las ventas de porcino se debe a que "España lleva años de silencio total de peste porcina clásica".

    "La sanidad animal nos permite salir al exterior y tener presencia internacional; los ganaderos han asumido esa realidad y los agricultores empiezan a hacerlo", remarca.

    Pese a los logros, añade, "no debemos relajarnos", porque una crisis sanitaria puede cerrar las exportaciones, una de las pocas vías de crecimiento que ahora tiene la economía española.
 
   Según avanza, el Ministerio trabaja para crear listas de posibles investigadores y "receptores" de la investigación que permitirán "poner en contacto" a ambas partes y avanzar en métodos de control de plagas y enfermedades.

    Se trata de que "los que investigan sepan qué es lo que quiere el sector y casar ambas necesidades", destaca Almansa, una tarea que el Ejecutivo quiere tener lista antes del "banderazo de salida" de los nuevos programas de financiación europeos para poder captar más fondos.

    La I+D+i contará en el período 2014-2020 con ayudas de Bruselas, tanto en programas específicos como a través de un nuevo fondo de investigación que integrará la nueva Política Agraria Común (PAC), y que podría sumar 4.500 millones de euros para toda Europa.

    Almansa señala que en el ámbito europeo se producirá un debate profundo y "un cambio global" en Europa, una vez que la Comisión lance en breve nuevos reglamentos de sanidad animal y vegetal, la modificación en controles e higiene, y el nuevo marco financiero.

    Según ha precisado, habrá más homogeneización, simplificación y claridad legislativa con la nueva normativa europea y posiblemente menos presupuestos, por lo que Europa será más selectiva y gastará más dinero en la prevención que en la erradicación de enfermedades.

    En cuanto al estado sanitario en la agricultura y ganadería en España, remarca que "no hay grandes problemas", pero sí le preocupa el control del nematodo del pino -en los bosques limítrofes con Portugal-, el caracol manzana -en los arrozales del Delta del Ebro- o el fuego bacteriano que afecta a los frutales.

    En cítricos, el Gobierno está alerta para evitar que una polilla sudafricana y una enfermedad vírica en Brasil entren en España.

    Sobre las cabañas ganaderas, explica que circulan "muy poco" los serotipos 1 y 4 de la enfermedad conocida como "lengua azul" -aunque están atentos al tipo "13" que afecta a Polonia, Lituania, Letonia y Estonia-; que se está en la fase final de control y erradicación del denominado "mal de las vacas locas"; y que es baja la afección de brucelosis, "Schmallenberg", tuberculosis y "Aujeszky".

    Entre las alertas actuales a nivel internacional, resalta que Rusia "tiene un problema tremendo" con la peste porcina africana, frente a la que la UE ha establecido un protocolo que incluye la desinfección de camiones.

    De cara al futuro, admite que la globalización y el cambio climático podrían traer nuevos riesgos para las ganadería, pero "España está preparada" para afrontarlas, ha asegurado.

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