Los ganaderos piden que se declaren "espacios libres de lobos, allí donde su presencia resulte incompatible con la actividad ganadera" y que, contando con la participación de los afectados, se determinen los umbrales máximos de presencia y daños teniendo en cuenta su gravedad y reiteración.

    En su documento, instan a que los informes sobre daños a la ganadería "en ningún caso contengan términos ambiguos o equívocos", como "causas indeterminadas", "posibles cánidos o perros asilvestrados".

Quieren que se revisen también los baremos de las indemnizaciones


    Demandan que los baremos de indemnización se revisen y actualicen, "como mínimo", con periodicidad anual y que en los mismos se incluyan y valore los daños indirectos o lucro cesante y que los expedientes de daños se resuelvan y, en su caso, se abonen en el plazo máximo de un mes desde su iniciación.

    A su juicio, se debe controlar la población de lobos hasta "la desaparición de daños en animales domésticos en el espacio del Parque Nacional de Picos de Europa gestionado por el Principado".

    Aseguran que las quemas controladas son el "procedimiento más eficaz, tradicional y económico para el mantenimiento de pastos", y afirman que debe hacerse bajo el control de la Administración y con la colaboración de los ganaderos.

    Solicitan que se permita, se declare o no el lobo especie cinegética, la participación de cazadores, preferentemente locales, en las medidas de control poblacional del cánido decididas por la Administración en colaboración con los afectados.

    "Las disposiciones legales que permitan esa participación garantizarán la seguridad jurídica del cazador sobre el que, cumpliendo dichas disposiciones, no podrá recaer responsabilidad civil ni penal alguna en el caso de que, de oficio o a instancia de parte, resulte denunciado ante los tribunales de justicia", subrayan los ganaderos.

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