EFE.- Con la mirada puesta en el cielo y en las tierras de cultivo anegadas, los agricultores ven peligrar sus producciones plantadas con cereales, maíz, espárragos, fresas, frutos rojos, cítricos y hortalizas, y anticipan problemas por el retraso de otras siembras.

Las organizaciones agrarias han denunciado la mala conservación de los cauces de los ríos, la rotura de diques y los desembalses que las autoridades hidrográficas autorizan para evitar nuevas inundaciones en ciudades y poblaciones a costa de inundar sus campos de cultivo, por lo que exigen compensaciones.

El presidente de la Federación Nacional de Comunidades de Regantes de España, Fenacore, ha recordado que muchos agricultores de las cuencas de los ríos Ebro, Duero y Guadalquivir sufrirán "pérdidas totales" en sus cultivos porque se han inundado por las lluvias o por los desembalses controlados de las autoridades hidrográficas para evitar riesgos sobre las ciudades.

España ha pasado del año más seco en 40 ó 50 año a uno de los más húmedos e, incluso, con el mes de marzo con la mayor publiometría "en varias decenas de años", ha remarcado.

"En principio las lluvias han venido bien después de un año tan seco", especialmente para los cultivos de invierno que "nacieron muy bien" y los embalses se han recuperado muchísimo".

En el lado contrario, el encharcamiento ha afectado en gran medida a las tierras más llanas, "pesadas" y arcillosas, lo que anticipa que "pronto empezarán a llegar las enfermedades" por hongos ligados a la humedad lo que implica que el agricultor tendrá que hacer más tratamientos con fungicidas -en muchas zonas sólo serían posibles los aéreos- con el consiguiente incremento de los costes.

Hasta el momento, Agroseguro ya apuntaba a finales de marzo daños en cítricos, cereales, frutas rojas y hortalizas como lechugas, espinacas y patatas en distintas regiones del Estado.

A ello se añade que la mayoría de regiones no han podido sembrar aún los campos y los agricultores están muy preocupados porque las lluvias siguen y gran parte de los pantanos de Andalucía, Castilla La Mancha y Extremadura están desembalsando agua.

Las organizaciones agrarias se muestran cautelosas aún para hablar de daños pero anticipan ya que varios cultivos se resienten, especialmente los cereales, cuyas raíces empiezan a pudrirse y la humedad hará eclosionar la "roya", que podría mermar la próxima cosecha española.

En Navarra, donde hay más de 1.000 hectáreas de cultivo anegadas, según las organizaciones agrarias, el cereal es el cultivo más afectado y, en la zona de la Ribera y zona media crece la preocupación por el espárrago porque se han encharcado los terrenos justo cuando empezaba la época de la recolección.

En Castilla y León no se han podido sembrar buena parte de la remolacha y ya muchos productores desistirán de hacerlo, y tampoco el maíz ni el girasol.

Entre los más perjudicados figura la patata de media estación, cuyas siembras se retrasarán tanto que provocará más adelante la saturación del mercado -no saldrá a la venta escalonadamente- y la consiguiente caída de precios.

En Andalucía, la lluvia ha provocado retrasos importantes en la preparación de terreno, siembras y aplicaciones de abonos y fitosanitarios, lo que complicará las campañas de herbáceos, patata, ajo, algodón o tomate de industria, en la Vega del Guadalquivir.

Organizaciones agrarias y de cooperativas han apuntado importantes daños en espárragos de Granada y fresas de Huelva, con una merma del 30 % respecto al año anterior, lo que supone la peor primera parte de campaña que recuerdan en Huelva.

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