Y es que Bonet entiende que las ventas de cava irán muy ligadas al crecimiento de las clases medias en esta región. El grupo con sede en Sant Sadurní d’Anoia celebrará el próximo año su centenario, un aniversario que prepara a conciencia, aunque Bonet no ha querido dar detalles acerca de las acciones previstas.
No obstante, la empresa catalana, una compañía de carácter familiar, tiene muy presente sus orígenes, y prueba de ello es que uno de los hijos del matrimonio que empezó a producir cava Freixenet en el Penedès, Josep Ferrer Sala, que es presidente de honor de la compañía, lidera un proyecto para rehabilitar y recuperar las fincas históricas Casa Sala y La Freixeneda, en las que se criaron sus padres.
Casa Sala produce un cava con siete años de crianza elaborado con el método artesanal, mientras que en La Freixeneda, la finca que ha dado nombre a la marca, el grupo catalán ha empezado a rehabilitar la masía histórica y ya produce un vino tinto con ese mismo nombre.
Además de prestar atención a su pasado, Freixenet ha invertido dos millones en mejorar sus procesos de recepción de la uva y de tratamiento del mosto, otro medio millón en el proceso de degüelle de la uva y destinará 2,5 millones en los próximos tres años a aumentar su tiraje.
Asimismo, el grupo mantiene vivo su proyecto de construir un centro logístico en la comarca del Penedès, y está interesado en ubicarlo en Subirats (Barcelona), aunque el proyecto todavía no se ha concretado.
Continúa su proceso de expansión
En paralelo, Freixenet continúa su expansión, y este año ha adquirido la bodega gallega Agnus Dei para reforzarse en la zona de las Rias Baixas.
Durante el encuentro con la prensa, el presidente de Freixenet, grupo que controla diversas bodegas productoras de vino tinto y blanco, ha lamentado el crecimiento de la marca blanca en tiempos de crisis, pero ha augurado que a medida que la recuperación económica se abra paso, la marca propia volverá a ganar cuota.
Haciendo balance de la historia del grupo, que en 1914 empezó a producir cava con la marca Freixenet, si bien antes se dedicaba ya al negocio del vino, Bonet ha destacado que las claves del éxito de Freixenet se deben a varios factores.
En primer lugar, ha resaltado la "cohesión familiar", dado que Freixenet es una compañía íntegramente controlada por tres ramas familiares (los Ferrer Noguer, los Bonet Ferrer y los Hevia Ferrer), y en este sentido ha subrayado que en estos cien años la familia se ha sabido mantener unida.
En segundo lugar, Bonet ha atribuido el éxito de Freixenet a la calidad del producto, y en último lugar ha reivindicado la capacidad de innovación de este grupo con 60 empresas que está presente en tres continentes.