En este sentido, ha indicado que la reducción del 85 % del impuesto eléctrico supone sólo una reducción del 4,1 % de la factura eléctrica y ha subrayado que los beneficios fiscales diseñados excluyen a todos los regantes que son contribuyentes a través de personas jurídicas y a aquellas personas físicas que tributan por estimación directa.



      Por ello, y en línea con lo que se plantea en la iniciativa legislativa que se debate  en el Parlamento regional, Feragua considera necesario nuevas medidas que ayuden a aminorar los costes eléctricos del regadío, como el IVA reducido, contrato flexible y adaptado al consumo que permita modificar la potencia contratada al menos 2 veces al año, incentivos a la generación de energía renovables en el regadío y a actuaciones de mejora de la eficiencia energética, y otras medidas fiscales que beneficien a todos los regantes y no solo a los agricultores que tributan por módulos.



      Según la Presidenta de Feragua, “desde la mal llamada liberalización del mercado eléctrico, y la desaparición de la energía de reserva para el regadío, la subida del precio de la electricidad para los regantes ha sido del 100%, lo que hace que la electricidad ya represente de media el 40% de los costes fijos que soporta el regadío, llegando en algún caso al 70 %, lo que pone en peligro la viabilidad de muchas explotaciones”.


La modernización y el ahorro de agua, en riesgo



      La presidenta de Feragua también se ha referido al impacto que las tarifas eléctricas acabarán teniendo sobre la modernización del regadío, si no se toman medidas correctoras como las contempladas en la iniciativa legislativa que se vota hoy en el Parlamento. “Cuando se habla del esfuerzo de modernización de los regantes, no se habla de manera gratuita. Ahí están las cifras de inversión, pero no sólo. Poco a poco, y gracias a ese esfuerzo, las técnicas de riego más eficiente se están imponiendo sobre las más tradicionales y el volumen de consumo de agua consumida por el regadío sigue descendiendo”, ha explicado Margarita Bustamante, que se ha referido a los datos del volumen de agua consumido por las explotaciones agrarias en 2012, que volvió a descender, concretamente un 3,1% respecto al año anterior, bajando hasta 15.833 hectómetros cúbicos a nivel nacional, “un descenso que fue posible gracias a los nuevos sistemas de riego más eficientes”.

     “Parece ilógico que se pida a los regantes el esfuerzo para consumir menos agua mientras al mismo tiempo se les penaliza ese esfuerzo con unos costes eléctricos inasumibles”, comenta la presidenta de Feragua, que concluye “que con las tarifas eléctricas actuales se hacen inviable la explotación de muchos regadíos ya modernizados, e incluso se está desincentivando la ejecución de las modernizaciones pendientes de ejecutar”.

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