EFE.- Considera que no debe darse ningún paso que suponga una marcha atrás a lo acordado entre el Consejo, el Parlamento y la Comisión Europea y que se plasmó en el Reglamento 1308/2013.

El nuevo sistema aportará, según Fecoam, «más transparencia e intentará impedir el fraude que hasta ahora, según la Oficina Europea de la Lucha contra el Fraude (OLAF) y los operadores del sector, se estaba cometiendo en las importaciones de tomate de Marruecos que eludían pagar las tasas aduaneras».

Fecoam recuerda que el sector del tomate viene padeciendo en los últimos años una grave crisis de precios, debido principalmente a las importaciones de Marruecos y al sistema de precios de entrada.

Así, las exportaciones marroquíes a la UE se han duplicado en la última década, mientras que las exportaciones españolas han disminuido hasta 10 puntos, a lo que hay que unir el hecho de que España tiene unos costes de mano de obra que son siete veces más altos que los del país magrebí.

La realidad es que los países socios de la Unión Europea se encuentran en peores condiciones que los terceros países, que se benefician de que pueden vender más barato, aunque al cliente final no le llegan los productos con precios económicos, añade.

El diferencial de costes de producción conlleva una distorsión de la competencia que perjudica al sector español, que intenta obtener una remuneración digna para los productores y sus cooperativas, pero la distribución extrema su política de precios a la baja, puesto que tiene cada vez mayores facilidades para abastecerse desde destinos que le ofrecen menores precios al beneficiarse de reglas muy permisivas, agrega.

El ritmo que ha marcado Marruecos en los últimos años ya ha causado el cierre de empresas en Águilas y Mazarrón, afirma.

Por este motivo, la federación insiste en que se deben mantener los cupos de entrada de tomate a la UE y vigilar que no se supere ni un kilo de las cantidades pactadas.

También exige que los controles sobre los productos hortofrutícolas procedentes de Marruecos sean rigurosos y eficaces y se aplique el principio de reciprocidad, tanto en materia fitosanitaria, como medioambiental y laboral, en todas las relaciones comerciales, para no encontrarse en una posición de desventaja.

La federación considera que los acuerdos comerciales solo deberían establecerse en condiciones de lealtad, con garantías de igualdad de condiciones y de oportunidades; si se tiene en cuenta los intereses de los productores de ambas partes, y si existe un sistema de control efectivo que garantice el respeto de las cantidades pactadas y precios, con una vigilancia estrecha de la UE.

También señala que es necesario establecer unas cuotas de entrada de productos que evite el fraude y que se cumplan las reglas acordadas por ambas partes.

Además, trabajará, junto a Cooperativas Agroalimentarias de España, para que no haya más concesiones comerciales agrícolas a Marruecos en el marco de la revisión del Acuerdo Comercial entre Marruecos y UE en 2015.

El objetivo es que no se conceda nada que signifique un perjuicio para los intereses de los agricultores murcianos.

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