Estas actividades de sensibilización se enmarcan dentro del proyecto de Fademur “Cooperativas Rurales de Servicios de Proximidad”, que se está implementando con éxito en once Comunidades Autónomas y que tiene como objeto tanto la formación integral de mujeres del medio rural, como su empleo directo, dado el alto porcentaje de personas mayores y dependientes que hay en los municipios rurales. Este programa está subvencionado por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.

      Fademur con este programa impulsa la creación de cooperativas rurales de servicios de proximidad, con el fin de dar servicios de ayuda domiciliaria en el ámbito rural, cubriendo por una parte una necesidad local, y por otra favoreciendo la creación de puestos de trabajo para las mujeres en nuestros pueblos, que tienen más dificultades de incorporarse al mercado de trabajo.

Ya se ha propiciado la creación de siete cooperativas rurales

     Hasta el momento a través de este programa se han creado siete cooperativas rurales que ya están dando servicios de proximidad en distintos puntos del territorio. Este programa estatal de Fademur pretende, por un lado, fijar población en los pueblos, y por otro, crear servicios de proximidad en municipios donde no los hay, para favorecer también la conciliación de la vida personal, laboral y familiar de los habitantes del medio rural.

     Como señala la Federacióm, uno de los más importantes avances que se observa en la sociedad en la que estamos envejeciendo, es la creciente valoración que está consiguiendo el concepto de “autonomía”, desde cualquier dimensión de análisis. Es necesario aprovechar esta evolución en los valores sociales, para avanzar en la implantación de un proceso de envejecimiento activo, saludable, acorde con las expectativas de las personas, sobre todo en el medio rural. Para ello, es necesario hacer un importante esfuerzo para articular fórmulas de acompañamiento a lo largo de este proceso, que comienza en el periodo de transición de la vida laboral a la jubilación y finaliza en los últimos momentos de la vida.

     Por eso creen que "es necesario asimismo, prestar especial atención al creciente grupo de personas mayores, especialmente mujeres que, por diversas causas afrontan su vejez en solitario. Si bien la soledad como modo de vida, se reconoce hoy como un indicador de competencia indudable, no es menos cierto, que cuando se produce en edades avanzadas y con redes sociales y familiares escasas, la competencia se transforma en riesgo, a veces muy elevado, al que hay que intentar ofrecer soluciones".

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