El sector es consciente de que el mercado es cada vez más globalizado, pero entiende que se deben cumplir las mismas normas fitosanitarias para los productos de todos los países, y que las transacciones deben realizarse en un contexto de comercio justo.

     Ha recordado que el agricultor realiza un "gran esfuerzo" para llevar a cabo el cultivo de éste y otros productos, para que posteriormente no pueda competir en las mismas condiciones, pues existe una clara situación de desigualdad.

Piden a la UE regularizar de una vez la entrada de este producto


     Los agricultores piden a la Unión Europea que regule la introducción de este producto en las fronteras comunitarias, para que tengan las mismas garantías sanitarias y exigencias fitosanitarias que se exige a los cultivos de la propia UE.

     No en vano, los precios del arroz procedente de Asia son aproximadamente un 50 por ciento inferiores al europeo, y por ello se pide una regulación fitosanitaria, que obligaría a Asia a adaptarse a los controles comunitarios, encareciendo su producto.

    Estas previsiones de reducción se producen a pesar de que los cultivos de arroz "no se pueden cambiar de un año para otro", pero la competencia asiática hace que el producto no sea tan rentable.

     Extremadura tiene una superficie total de arroz de más de 27.900 hectáreas, de las cuales 22.000 están en la provincia de Badajoz; el arroz de la comunidad autónoma se exporta principalmente a los países comunitarios.

    Otras comunidades autónomas, como Valencia, han pedido a la Unión Europea que haga un estrecho seguimiento al arroz cultivado más allá del continente, para que no tengan un privilegio comercial que perjudique a los propios países de la UE.

    En la UE, en los últimos tiempos, el arroz procedente de Tailandia ha descendido en detrimento del camboyano y el de Myanmar.

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