El proyecto, según el Gobex, se inició tras una colecta realizada la pasada primavera sobre una vaca selecta de raza retinta de la que se obtuvieron siete embriones, de los que seis se consideraron viables. De ellos, tres pasaron a congelación y los tres restantes fueron transferidos en la misma sesión a sendas novillas de raza Blanca Cacereña convenientemente preparadas para ello. Las madres de alquiler fueron elegidas para la ocasión puesto que son jóvenes y presentaban un excelente estado fisiológico.
Los embriones se colectan en el día séptimo después de la Inseminación Artificial realizada, de igual modo, con semen procedente de animales muy reconocidos genéticamente. Una vez estudiados y calificados, los mejores se procesan para ser conservados en nitrógeno líquido, constituyendo así una reserva genética que podrá ser después distribuida, comercializada o, sencillamente, mantenida.
El resto de los embriones considerados viables -es decir, capaces de producir un ternero después de la gestación correspondiente- se depositan en el aparato reproductor de otra vaca, la receptora, que actúa como vientre de alquiler.
La Unidad de Obtención y Transferencia de Embriones Bovinos del Censyra trabaja de manera constante en colaboración con las Asociaciones de Ganaderos de mayor relevancia en la Comunidad Autónoma. Los embriones se obtienen de vacas donantes inscritas en los Libros Genealógicos correspondientes, generalmente de ejemplares de singular valor genético, para lo que se somete al animal a un tratamiento especial durante tres semanas.