EFE.- El estudio, elaborado por un grupo de 27 expertos para el Programa Internacional sobre el Estado del Océano (IPSO, en sus siglas en inglés), se presentó en la Universidad de Oxford, donde está radicado el director científico del IPSO, Alex Rogers.
Biólogos, ecologistas, toxicólogos y otros científicos especializados analizaron los datos de sus respectivas disciplinas de forma conjunta y, según Rogers, profesor de biología de la conservación en Oxford, "los descubrimientos son chocantes".
Los investigadores hallaron que la pesca irresponsable, la contaminación y el cambio climático están desarrollando sinergias que afectan la vida de los océanos en formas nunca antes vistas.
"Al considerar los efectos acumulativos de lo que la raza humana hace al océano, las implicaciones fueron mucho peores de lo que previamente creíamos", declaró Rogers en un comunicado.
Estos efectos acumulativos se refieren a la interacción entre, por ejemplo, ciertos contaminantes que se adhieren a partículas de plástico descartadas y depositadas en el fondo marino, al alcance de especies que se alimentan de ellas.
Pero quizá lo más preocupante sea la comparación que han realizado los expertos entre las condiciones actuales de los océanos con las de épocas críticas de extinción de las especies, para comprobar que no existen demasiadas diferencias.
Según el informe de IPSO, el nivel de CO2 que absorben los océanos es mucho mayor al que propició la extinción de la fauna marina durante el Paleoceno, hace 55 millones de años.
Por otro lado, especifican que las acciones de los seres humanos están causando un aumento de la hipoxia o pérdida de oxígeno en ciertas zonas del océano, muchas de las cuales sufren de anoxia o ausencia de oxígeno, lo que las ha dejado funcionalmente "muertas".
Este factor también se relaciona con épocas prehistóricas de desaparición de las especies al igual que la disminución en número de miembros de cada grupo de peces, que están desapareciendo debido a la sobreexplotación de los mares.
"Esta situación es muy seria y requiere acciones inequívocas a todos los niveles", agregó Rogers, que considera que de no tomarse medidas, "las consecuencias para la humanidad impactarán nuestras vidas, las de nuestros hijos y las de futuras generaciones".
El panel de expertos presentará su informe a la sede de las Naciones Unidas en Nueva York y propone una serie de "acciones urgentes" que incluyen un Gobierno de Alta Mar por parte de la ONU para regular el ecosistema oceánico.
También sugieren un mayor control de la pesca para volverla sostenible, un acuerdo global para crear áreas marinas protegidas con el objeto de conservar la biodiversidad, y la interrupción de los vertidos de sustancias tóxicas en el océano.