COAG Andalucía ha mantenido un encuentro con el director general de Prevención y Calidad Ambiental, Fernando Martínez Vidal, para abordar los problemas que se derivan de la gestión y reciclado de los plásticos agrícolas. Esta organización agraria había solicitado la reunión ante las dificultades que se encuentran los agricultores para poder realizar una buena gestión de esos residuos.
Por parte de COAG han participado Andrés Góngora y Miguel Monferrer, miembros de la Ejecutiva Regional y secretarios provinciales de COAG Almería y COAG Granada, además de Inmaculada Idáñez, responsable de Igualdad de COAG Andalucía y miembro de la Ejecutiva de COAG Almería. Han traslado al director general su preocupación por la falta de un sistema adecuado para que el agricultor pueda realizar una buena gestión de los residuos plásticos. Actualmente, hay algunos tipos de plásticos, como es el caso de los plásticos negros y de solarización, almacenados en las explotaciones sin opción a depositarlos en las plantas gestoras y sin alternativas.
En la reunión, el director general ha planteado la necesidad de mantener un encuentro a tres bandas entre la Consejería de Medio Ambiente, el sector agrario y la empresa Cicloagro, que es la única que actualmente tiene la autorización para implantar el sistema integrado de gestión para la recogida de plásticos agrícolas no envases.
“El problema es el escaso valor que alcanza en el mercado este tipo de plásticos con espesores reducidos, generando en las plantas de valorización zonas de acopios difícilmente gestionables”, ha explicado Andrés Góngora. “Pero es imprescindible poner en marcha un sistema que funcione, un sistema integral en el que participen todos los agentes implicados, incluidos los fabricantes de plásticos… Es fundamental que se preste un buen servicio y que la administración vele por el cumplimiento de todas las partes”.
“No queremos ver nuestros caminos, ramblas y las zonas cercanas a nuestros invernaderos llenos de residuos. Queremos un campo limpio. Los vertidos no controlados nos causan un problema medioambiental y afectan a la imagen de nuestro sector y nuestro entorno. Los agricultores somos los principales interesados en que el sistema funcione, porque vivimos y trabajamos aquí”, concluye Góngora.