No hay una noticia buena que venga de Europa para el campo. La agricultura intensiva sigue siendo la mayor causa de pérdida de biodiversidad en la Unión Europea y la Política Agrícola Común (PAC) no ha ayudado a revertir ese problema, según un informe de la corte europea de auditores publicado este viernes 5.
Los auditores consideran que la mayor parte de los fondos de la PAC tienen «poco impacto positivo» en el contexto de la protección del entorno.
Aunque algunos de los esquemas de esa política tienen potencial para mejorar la biodiversidad, la CE y los países «dan preferencia a las opciones con bajo impacto», añade el informe.
Para llevar a cabo el estudio los auditores llevaron a cabo visitas a explotaciones en Alemania, Chipre, Irlanda, Polonia y Rumanía.
Según el Tribunal de cuentas, la reducción en más del 30% de las poblaciones de aves y mariposas desde 1990 es una muestra de la reducción de la biodiversidad.
La producción intensiva ha llevado a una caída de la diversidad de vegetación natural y como consecuencia animal y sigue siendo la principal causa de la pérdida de biodiversidad, asegura.
«La PAC hasta ahora ha sido insuficiente para contrarrestar la disminución de la biodiversidad en las tierras agrícolas, una amenaza importante tanto para la agricultura como para el medio ambiente», dijo Viorel Stefan, uno de los responsables del informe.
Denuncian que la forma en que la CE rastrea los pagos directos que benefician a la biodiversidad no es de fiar, al exagerar la contribución de algunas medidas
Uno de los problemas, dicen, es que la estrategia de biodiversidad de la UE para 2020 no fijó objetivos mesurables para la agricultura, lo que ha dificultado la evaluación del progreso y las acciones financiadas por la UE.
Además, ha habido «poca coordinación entre las políticas y estrategias de la UE sobre biodiversidad».
El informe diferencia entre los pagos directos a agricultores, que representan alrededor del 70% del gasto agrícola de la UE, y las ayudas de desarrollo rural.
En el caso de los primeros, indica que la forma en que la Comisión rastrea los gastos que benefician a la biodiversidad no es de fiar, porque exagera la contribución de algunas medidas.
Además, su efecto sobre la biodiversidad de las tierras agrícolas es limitado o desconocido.
Pese a que algunos requisitos de pago directo tienen potencial, la CE y los Estados miembros han favorecido «opciones de bajo impacto».
Los programas de desarrollo rural tienen mayor potencial, pero los Estados miembros «rara vez utilizan medidas de alto impacto, en oposición a los menos exigentes y menos beneficiosos, más populares entre los agricultores».
Los auditores recomiendan que la Comisión coordine mejor la estrategia de biodiversidad para 2030, mejore la contribución de los pagos directos y el desarrollo rural a la biodiversidad de las tierras agrícolas, haga un seguimiento más preciso del gasto presupuestario y desarrolle indicadores confiables para evaluar el impacto de la PAC.