Los trabajos en la Comisión Europea (CE) para poder establecer el almacenamiento privado voluntario de aceite de oliva como medida ante situaciones de exceso de producción continúan con una reunión este miércoles 24 y según las previsiones del Gobierno la medida podría estar lista en unos «4 ó 5 meses».
Así lo ha avanzado el secretario general de Agricultura y Alimentación, Fernando Miranda, durante su intervención en la clausura de la jornada «La calidad del aceite, oro líquido«.
Miranda participó el 11 de julio en un encuentro de alto nivel en Bruselas para trasladar esta medida -solicitada por Cooperativas Agro-Alimentarias-, como fórmula en campañas como ésta, en la que el exceso de producción repercute en los bajos precios que reciben los agricultores.
La herramienta para el almacenamiento privado, que cuenta con el apoyo del Ministerio, fue recibida con una «actitud positiva» por parte de la Comisión, ha recordado el secretario general, por lo que ha confiado en tenerla lista «cuanto antes», para lo que se necesita el aval de las autoridades de competencia.
«No nos debe preocupar lo que tarde», ha enfatizado el secretario general de Agricultura y Alimentación, Fernando Miranda
En este sentido, ha planteado un plazo para desarrollar los trabajos administrativos en el entorno de los cuatro o cinco meses, unos «tiempos cortos», a su juicio, y que supondrán tener una medida «para siempre».
«No nos debe preocupar lo que tarde», ha enfatizado Miranda en la jornada organizada por elEconomista, tras insistir en que se están dando los pasos que hay que dar y el sector tendrá esta herramienta de almacenamiento privado voluntario lista «para aplicarla desde el primer momento» cuando coincidan situaciones como la de esta campaña.
En esta línea, ha remarcado que se trata de demostrar que al reducir la oferta no se perjudica al os consumidores.
Y también se ha referido a otras medidas estructurales para evitar estas situaciones que se pueden incluir en la nueva programación de la Política Agraria Común (PAC) o el necesario refuerzo del consumo, además de al actual sistema de panel de catas con el que se establecen las categorías del aceite de oliva, un asunto sobre el que se ha debatido durante toda la jornada.
Se trata de la cata que realizan expertos en laboratorios acreditados y que es la que dirime lo que es un aceite de oliva virgen extra de lo que no lo es; sin embargo, el sector lleva años advirtiendo que el producto, cuando lleva un tiempo comercializado, puede perder calidad y, por tanto, dar resultados diferentes.
Para Miranda, el aceite de oliva cuenta con una normativa de calidad «detallada y exigente» que da una garantía elevada, aunque «total no la hay, ni con este ni con otro sistema».
Por eso, ha coincido con los ponentes del sector en que el actual procedimiento se puede mejorar y ha remarcado que el Departamento tiene la «puerta abierta a abordar con el sector, el Consejo Oleícola Internacional y las autonomías» cualquier mejora.
El presidente de la cooperativa Dcoop, Antonio Luque, ha explicado que el sector está trabajando para tener en «corto plazo» un mecanismo de autocontrol voluntario, con unos límites analíticos de calidad más estrictos que incluso la normativa vigente y con sistemas de paneles de cata «previos» al envasado del producto.
En su opinión, los paneles de cata actuales originan que «todas las empresas estén nerviosas de día y noche por si alguien toma una muestra, la manda a un panel de cata oficial y pueda salir un resultado distinto» al primero.
En esta línea, el presidente de la Asociación de Industriales Envasadores y Refinadores de Aceites Comestibles (Anierac), Gonzalo Guillén, ha exigido garantías jurídicas para el sector.