EFE.- Desde el año 2012 se desarrolla el proyecto, que tiene como objetivo buscar nuevas técnicas que permitan obtener estos extractos del ajo morado y aplicarlos a la creación de plásticos agrícolas con fungicidas naturales, y también a envases que «permitan alargar la vida útil de los alimentos» por sus capacidades antioxidantes, según han informado en nota de prensa.
Las aplicaciones del estudio están orientadas al campo agroalimentario, tanto en los materiales de envasado como en el control de daños por microorganismos en los cultivos.
Los impulsores de este estudio recuerdan que otros muchos publicados prueban las propiedades antioxidantes, depurativas, anti-inflamatorias o anti-microbianas del ajo, lo que permite que este producto pueda prevenir «un amplio rango de enfermedades, entre las que se encuentran las asociadas a problemas cardiovasculares y el cáncer».
Subrayan que es preciso darle al Ajo Morado de Las Pedroñeras (Cuenca) «un nuevo valor adicional, que permita recuperar la producción de esta variedad y conquistar nuevos mercados».
Según apuntan los tres participantes en el estudio, el 84 por ciento del ajo que se comercializa en el mundo proviene de China, y España es el primer productor europeo con un 3 por ciento, aunque su producción se encuentra en declive debido a la caída de precios en origen y la competencia de países ajenos a la Unión Europea.
El estudio está financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad y con Fondos Feder dentro del programa Innpacto.