Así, la producción de cebada sería de 238.500 toneladas, frente a las 477.000 del año pasado; la de avena alcanzaría las 56.250 ante las 112.500 de la campaña anterior y la de trigo se iría a 52.750, frente a las 105.500 de 2013. A estos cultivos habría que añadir otros más minoritarios como el centeno y las leguminosas, especialmente guisantes y veza.
En los cereales de regadío, la consecuencia de la falta de lluvias es el aumento en los costes de producción, incrementados por un mayor consumo de energía eléctrica o gasóleo, necesarios para el funcionamiento de los diversos sistemas de riego.
En el caso de los ganaderos, el incremento de los costes de producción viene motivado por la escasez de pastos, por lo que los animales deben ser alimentados con piensos.
Ante esta situación, representantes de ASAJA han mantenido diversas reuniones a nivel nacional con responsables ministeriales para demandar medidas que puedan paliar estos daños, como exenciones fiscales y de seguridad social; créditos bonificados o facilitar a los afectados préstamos a bajo interés.