"Mantenemos posturas muy cercanas y tenemos que dar la batalla final en los próximos consejos europeos para que haya un acuerdo con el Parlamento a nivel comunitario", expresó el ministro español en declaraciones a los periodistas tras el encuentro.

     La nueva PAC está más orientada al mercado, desvincula las ayudas de la producción y apuesta por el "greening" o "pago verde", lo que en la práctica supone condicionar el apoyo económico a agricultores y ganaderos en función del cumplimiento de determinadas exigencias medioambientales.

     Sin embargo, el sector agrario luso y español considera que algunas de las normas son de difícil aplicación en su territorio, lo que supondría la pérdida de subvenciones.

    Cañete aseguró estar convencido de que la nueva PAC "sigue la dirección adecuada", aunque advirtió de que debido a estos cambios normativos se debe conceder "más tiempo" a países como España y Portugal para que adapten sus explotaciones, ya que en su diseño actual favorece a los países del norte de Europa.

    El ministro español recordó por ejemplo la "gran diversidad agraria" de la Península Ibérica y citó el ejemplo de Granada, donde "en apenas 60 kilómetros existen desde cultivos tropicales junto al mar hasta pastos alpinos en Sierra Nevada", una situación "única en toda Europa".

    La titular de Agricultura de Portugal, por su parte, reconoció que el próximo consejo europeo se presenta como "un combate difícil" y recalcó que su objetivo es que la nueva PAC "no se traduzca en sobresaltos para el sector a nivel económico y social".

    "Queremos que el ‘pago verde’ se adapte a cada país, porque cada uno tiene diferentes circunstancias. Hay que explicarle a la Europa del norte que no tiene que regar en la situación que vive la Península Ibérica, donde el agua no es un lujo sino una necesidad", insistió.

     Cristas recordó de hecho el contraste entre la sequía del pasado año y las inundaciones sufridas este año en el sur del continente, lo que en su opinión demuestra que no existe "un único patrón para toda la UE".

     Durante su intervención en el foro, Cañete recalcó que el 70% de la renta de los agricultores españoles procede de media de la venta de sus productos en el mercado y el restante 30% de las ayudas comunitarias.

     El ministro repasó la situación del sector y ensalzó la modernización del regadío llevada a cabo en España, la reorientación de las investigaciones científicas a asuntos de interés para los agricultores, el desarrollo de la producción ecológica y al mismo tiempo la apuesta por cultivos genéticamente modificados.

    En su opinión, su gran "debilidad" es la "falta de concentración", que hace que el sector esté "muy atomizado" y vea así "limitado su potencial innovador y exportador".

    La intervención de los dos miembros de los gobiernos conservadores de España y Portugal en un foro celebrado en Lisboa contó con la presencia, entre otros. del presidente del Banco Espírito Santo (BES), Ricardo Salgado, y el presidente del grupo de comunicación Impresa y ex primer ministro, Francisco Pinto Balsemao. .

Reformas estructurales en España

    Por otra parte, Arias Cañete ha asegurado que en el periodo de 1980 a 2011 la agricultura española cada vez consume menos agua y energía, pierde menos suelo y emite menos gases a la atmósfera para producir una unidad de producto o un euro de producto.

    No obstante, el ministro ha señalado que esta mejora no alcanza a compensar suficientemente los resultados económicos de las explotaciones agrarias, que adolece de una importante debilidad fruto de su escasa dimensión empresarial y de la falta de concentración. Por este motivo, Arias Cañete se ha referido a la puesta en marcha en España de reformas estructurales para impulsar la competitividad del sector, a través de dos proyectos de ley, actualmente en tramitación parlamentaria.

    Según ha destacado, “se trata de impulsar un modelo cooperativo empresarial, profesionalizado y generador de valor, con dimensión relevante para estar en las mejores condiciones de producir y comercializar a escala global”. En definitiva, ha añadido, “sentar las bases para conseguir que la mejora de los aspectos económicos y sociales permita afianzar la evolución hacia una agricultura más sostenible”.

    Además, Arias Cañete ha afirmado que esta agricultura sólo podrá avanzar si mejoran los sistemas de producción de las explotaciones y, en general, de todos los integrantes de la cadena alimentaria. Por este motivo, “hemos incorporado a la Estrategia Española de Ciencia y Tecnología y de Innovación 2013-2020 las prioridades en el ámbito de la actividad agraria productiva y sostenible”. Se trata, ha añadido de dar respuesta a retos relacionados con el incremento de la producción, la reducción de la dependencia de materias primas y la adaptación de los alimentos a las nuevas demandas del consumidor.

    Todo ello, ha completado el ministro, avanzando en el uso eficiente del agua, la lucha contra la erosión de los suelos, las sequías y los incendios forestales. “Y, por supuesto, en la protección de nuestro sistema agroecológico y su biodiversidad”, ha concluido.

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