España ha producido este año menos girasol de lo previsto inicialmente y está condicionada por la subida de los precios internacionales en medio de la competencia con otros aceites vegetales, según la Asociación Española de Girasol (AEG).
El presidente de la AEG, Juan Fernández, ha señalado a Efeagro que en 2024 se han sembrado 767.000 hectáreas de girasol, cifra similar a las 760.000 hectáreas de 2023.
Castilla y León (con un 48% de la superficie sembrada), Andalucía (24%) y Castilla-La Mancha (21%) representan el 91% de toda la superficie de girasol en España, mientras que el resto de comunidades apenas representan un 8% e influyen poco en la producción.
Fernández ha detallado que en Castilla y León se ha sembrado casi lo mismo que el año pasado (apenas un 0,1% menos, con 365.232 hectáreas), en Castilla-La Mancha la superficie ha aumentado el 2,2% (158.922 hectáreas) y en Andalucía ha bajado un 4,7% (181.572 hectáreas).
HA AFECTADO DE NUEVO LA FALTA DE AGUA EN ESPAÑA
A falta de datos consolidados, el presidente de la AEG ha sostenido que este año los rendimientos han sido «menores de lo esperado» porque, aunque en primavera llovió y las temperaturas fueron suaves, hubo muy poca lluvia en invierno y faltó agua de reserva en el suelo, lo que afectó al desarrollo del cultivo.
En cuanto al tipo de girasol, existen grandes diferencias por zonas de producción: en Andalucía el alto oleico (que se utiliza sobre todo para la fritura en la restauración) representa un 60% de la siembra frente al 40% del convencional (linoleico).
Mientras, en las dos Castillas el alto oleico supone el 25% de la superficie y el convencional, el 75%.
PRECIOS MUNDIAL AL ALZA MARCADOS POR LA BAJA PRODUCCIÓN
Los precios del girasol están condicionados por el contexto internacional, donde solo Ucrania representa más del 30% de la producción mundial de girasol y, junto a Rusia, la Unión Europea y Argentina, suman más del 82% del total.
En Estados Unidos se espera una caída de la producción, al igual que en importantes productores de la Unión Europea (UE) como Rumanía, Hungría y Francia, que este año han sufrido inundaciones.
Las cosechas «se ven afectadas cada vez más por una inestabilidad climática muy acusada», que influye en los precios a nivel internacional, asegura Fernández, que recuerda que España solo cubre la mitad de su demanda nacional y el resto lo importa.
En las lonjas españolas, el girasol normal cotizaba la semana pasada entre los 430 euros por tonelada de Segovia y los 475 euros de Sevilla, en tanto que el alto oleico iba de los 470 euros por tonelada de León y Valladolid, a los 575 euros de Sevilla.
Esos precios contrastan, no obstante, con los de Francia, donde el convencional se está vendiendo por encima de los 600 euros por tonelada y el alto oleico, por más de 650 euros, según el responsable de la asociación española.
«La escasez de producción en los distintos países que intervienen internacionalmente hace que el precio suba porque la cosecha ha sido mala. En España la cosecha ha sido medianamente aceptable, aunque no ha cumplido con las expectativas que se pensaba y el precio está subiendo a nivel mundial tanto en el girasol como en todos los aceites vegetales», ha argumentado Fernández.
Asegura que los precios del girasol están perdiendo terreno ante la competencia de la canola (colza) y el aceite de palma, por lo que espera que el alza de la cotización del aceite puede detenerse puntualmente pero seguirá subiendo en el momento en el que los otros aceites se encarezcan.
Fernández precisa que, en cuanto falta suministro de un aceite vegetal, la industria lo sustituye por otro, de modo que el precio del girasol también está condicionado por la evolución de los demás aceites y por el petróleo, pues sirve de alternativa como biocombustible.
(Texto: Belén Delgado / Efeagro)