Por su parte, la producción de vino nuevo supone un total de 33,4 millones de hectolitros. Si incluimos además las importaciones, que ascendieron a 0,436 millones de hectolitros, resulta un total de vino disponible de 66,8 millones de hectolitros (existencias iniciales + producción de vino nuevo + importaciones).
Del lado de la demanda, de ese vino disponible, 21,9 millones de hectolitros se destinaron a exportaciones, 9,9 millones de hectolitros a consumo interior, 5,5 millones fueron destinados a usos industriales, 0,560 millones a transformación, 0,426 millones fueron pérdidas y los 28,5 millones restantes, suponen las existencias finales, lo que representa un 86% de las existencias iniciales y un 14% menos que en la campaña precedente.