A falta del recuento de las lluvias finales de este mes y a las puertas de la llegada de la borrasca Aitor, España cerrará el actual año hidrológico -acaba el 30 de septiembre- con un 4 o 5% más de precipitaciones, ha avanzado este martes 24 el portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet ), Rubén del Campo.
Hasta el 17 de septiembre se habían recogido en España 640 litros por metro cuadrado, una cantidad que coincide justamente con el promedio de un año hidrológico completo, por lo que al cierre del mes el total estará «un poquito por encima de lo normal».
«Este año el concepto de España húmeda y seca ha sido llevado al extremo por la meteorología», según Rubén del Campo.
AUNQUE HA SIDO UN AÑO HIDROLÓGICO NORMAL EN CUANTO A LLUVIAS, LA SEQUÍA DE LARGA DURACIÓN ES «ACUSADA» TODAVÍA EN MUCHAS ZONAS
Las lluvias además han estado «muy mal repartidas», desde las caídas en el oeste, Galicia con más de 2.500 litros por metro cuadrado, hasta las del extremo sureste peninsular, apenas con 80 litros por metro cuadrado.
Aunque ha sido un año hidrológico normal en cuanto a lluvias, la sequía de larga duración -con datos de los tres últimos años- es «acusada» todavía en Cataluña, aunque «se ha aligerado» con las ultimas precipitaciones, según los datos desde el 1 de septiembre del 2021 hasta el 31 de agosto de 2024.
Por otra parte, en el sur de Andalucía esta sequía de larga duración sigue siendo «la más larga de la serie histórica»; comenzó en la primavera de 2016 y «no ha revertido todavía», ha advertido el portavoz de la Aemet.
Con las lluvias de este último año hidrológico «se ha recuperado el agua embalsada y estamos mejor que el año pasado cuando a estas alturas había casi un 12 % menos» cantidad del recurso en los pantanos.
«Estamos un poquito mejor que en la media de los últimos 10 años cuando se analiza la lluvia de los últimos tres años», aunque persiste en algunas zonas, ha insistido Rubén del Campo.
El portavoz de la Aemet ha destacado que a finales de verano se ha percibido «una remontada de humedad» procedente de zonas tropicales a latitudes más altas, que se ha traducido en lluvias torrenciales como las caídas en el desierto del Sáhara en Marruecos a principios de septiembre.
El verano ha sido muy lluvioso aunque de forma muy mal repartida a nivel geográfico; en junio las tormentas fueron abundantes en buena parte del interior peninsular, pero julio ha sido muy seco, «apenas cayeron cuatro gotas».
En agosto volvió a llover, se produjo una dana a mediados de mes con especial impacto en Baleares, y en la isla de Menorca se superaron los 200 litros por metro cuadrado en solo 24 horas.
Especialmente «anómala» fue la situación en Fuerteventura, donde apenas llueve en agosto y cayeron 9 litros por metro cuadrado, multiplicándose por cuatro el récord anterior de lluvia.